La comunidad de vecinos del barrio moralo de Navarrosa denuncia el foco de infección al que están expuestos debido a la rotura de tuberías de varios bloques de pisos, principalmente del 7 y del 8.Los afectados relataron a LA CRÓNICA que los sótanos de sus viviendas se han convertido en un peligroso nido de mosquitos que acuden atraídos por el fuerte olor que desprenden las aguas fecales que inundan los bajos y que "llegan hasta 80 centímetros de las paredes de los sótanos", como aseguró la presidenta de la asociación María Calvente. A esto se añade que las aguas residuales incluso han salido a la calle formando charcos y "provocando unos olores nauseabundos en todo Navarrosa", como comunicaron varios afectados, que se encuentran alertados por el grave problema de salubridad pública que viven.Uno de los afectados, Pedro Campos, informó de que el problema radica en que las bajantes que dan la patio y vierten hacia la plaza no se conectaron a las tuberías que acceden hacia la parte de atrás de los bloques, con lo que le parece "lamentable que la obra no se terminase en su día|".Los vecinos aseguran que la situación se remonta a 18 años atrás, cuando la mayoría tenían alquilados los pisos de protección oficial de la Junta de Extremadura. Desde aquéllos años padecieron las roturas de las tuberías y se negaron a pagar sus alquileres durante cinco años, como dijo una de las afectadas. El gobierno regional les prometió una solución y "sólo se limitó a adecentar algunas fachadas".En el año 95 el gobierno regional les ofreció la posibilidad de compra de las viviendas, con lo que la mayoría de los inquilinos pasaron a ser propietarios y el ejecutivo autonómico "se lavó las manos en este asunto", como aseveró Calvente. Desde entonces han desatascado los sótanos con cubos y protegidos con botas que cubrían la pierna hasta el muslo, como narró una de las afectadas. La última reparación costó al colectivo más de 800 euros, algo que "se niegan a volver a pagar", aseguraron desde Navarrosa. Los vecinos tomarán las medidas oportunas después de dar un plazo a la Junta de tres meses.