Asegura que pinta lo que siente, algo que le hace feliz. Lo que realmente le apasiona es "transportar al lienzo" primeros planos, como cabezas de caballos, retratos, frutas en su espacio natural o los paisajes, donde Alejandro Miguel intenta plasmar el realismo de zonas de la provincia de Cáceres, porque, según dice, los mejores paisajes "están en el norte de la región". Hasta el próximo mes de Diciembre expondrá sus mejores obras por distintos pueblos cacereños. ¿Por qué ese empeño por los paisajes cacereños?--Me encanta ese toque especial de los paisajes del norte de la región. La gente tiene una idea equivocada de Extremadura y yo quiero intentar, en cierto modo, cambiarla mostrando la belleza de los paisajes y pequeños detalles del norte de la provincia de Cáceres. Me gusta el realismo que se desprende de las cosas bonitas. ¿En qué espacios se centra especialmente?--Para la plasmación de paisajes me he fijado, en primer lugar, en mi localidad, Navalmoral, para pintar el famoso dolmen de la rotonda del ferial; la Fuente Bamba y la Cruz de los Caídos. Además, de la zona de los Ibores he escogido el río Ibor, para plasmarlo en un amplio lienzo; del Valle del Jerte, el municipio de el Torno; Valverde y Cuacos, de La Vera. Para los primeros planos siempre me declino por la naturaleza viva, no me gustan los bodegones. Por eso me gusta dar el protagonismo a frutas silvestres como bellotas y cerezas. Pero también me atrevo con retratos de personas y animales. ¿Por qué zonas se está realizando la exposición?--Hasta el próximo mes de diciembre la muestra estará una semana en cada localidad, pasando por Santa Marta, Jerez de los Caballeros, Villafranca de los Barros, Casar de Cáceres, Alcántara y Moraleja, entre otros. Esa es la primera ruta de este circuito cultural, pero hasta enero, la asociación de universidades populares de Extremadura (AUPEX) realizará otra ruta por municipios de la provincia de Badajoz. ¿Sus obras han tenido siempre aceptación por parte del público?--Ya he recorrido otras veces algunas localidades extremeñas, pero lo que más me ha sorprendido en esta ocasión ha sido la buena acogida que he tenido en Mérida. Han mostrado mucho interés por conocer un poco más de los rincones de la provincia cacereña, adentrarse en los paisajes y recorrer calles de esos pueblos que inspiran tanta tranquilidad a todo el que se acerca a ellos. Creo que en Mérida se muestra mucho interés por la cultura. ¿Qué técnica utiliza para realizar su trabajo?--No ofrezco la típica imágen de un pintor que se traslada con su caballete y la paleta de colores hasta el lugar que se quiere plasmar. Mi otra pasión es la fotografía y por ello me desplazo hasta el punto en concreto y fotografío todo aquello que me gusta. Después, con el revelado delante me encierro en mi pe-ueña guardilla de 50 metros e intento transportar al lienzo lo que me dice el revelado. ¿Hace cuadros por encargo?--La gente me suele pedir que realice cuadros de sus mascotas o de ellos mismos. Pero nunca he pintado en vivo, creo que resulta incómodo para la persona o el animal estar al menos dos horas sin moverse. Esta es la razón por la que me gusta pintar sobre fotografías. Eso sí, si se me escapa algún detalle necesito observar de nuevo la imagen al natural. ¿Cuál es su secreto profesional?--Los que me conocen dicen que la constancia y el perfeccionismo me definen, pero ante todo me gusta lo que hago, y yo creo que eso es una de las cosas más importantes para hacer bien lo que se hace.