Cuando el trabajo y la actividad diaria de muchas personas se ve interrumpida irremediablemente porque de nuevo sufrimos un corte eléctrico, los ánimos se crispan, las quejas salen a la calle donde al menos luce el sol. Mientras se permanece con los brazos cruzados hasta que el destino o la compañía suministradora solucione la avería va pasando un tiempo, esta semana de una hora y veinte minutos, en la que unos y otros descargan contra la culpable de que sus ingresos del día se vean mermados, la compañía eléctrica.Algunos comerciantes exigían daños y perjuicios, y hubo quien planteó la unión para reivindicar que cesen estos cortes de luz a los que los moralos están acostumbrados, todos coincidieron en que esta situación debe solucionarse sin pérdida de tiempo.Esta semana en Navalmoral más de cien personas pidieron el tan traído y llevado 'no a la guerra' lo hicieron en un foro discreto, en el salón de servicios sociales y desde luego menos trascendente que el de los actores españoles.