En Navalmoral, apenas acabamos de despedir los festejos navideños y se piensa ya en el Carnaval, la fiesta grande de los moralos. La cabalgata de reyes (muy criticada por su poca innovación pobre en originalidad y por no llegar a la altura que los vecinos demandaban) cerró el ciclo navideño que al parecer pasó sin pena ni gloria por este municipio, a pesar del éxito de participación que han tenido actividades como el I Festival de la Risa de Navalmoral y el campamento de Navidad que colgó el cartel de aforo completo.

El calendario anuncia que se aproxima el Carnaval y así aumenta la frecuencia de las reuniones de las peñas que emplean en estos días esfuerzos en el diseño de sus trajes. Es tiempo de trabajar en la confección de los disfraces que en el próximo mes de febrero llenarán de colorido e imaginación las calles moralas en lo que es una de las fiestas más significativas de la comarca. En plena cuesta de enero, temporada de rebajas, muchos vecinos no escatimarán preparativos para vivir el esperado Carnaval.