La honradez es una cualidad que merece la pena resaltar en estos tiempos en que muchos valores van cayendo en el olvido, en los que prima el egoísmo y los intereses personales. Cuando alguien encuentra una tentadora e importante cantidad de dinero dentro de una cartera en la que no se especifica quién es el dueño podría pensar, por ejemplo, "qué estupendas vacaciones me esperan" y callar su hallazgo para engrosar sus bolsillos. Pero, afortunadamente, aún queda gente con moral y principios que se preocupa por que las cosas sean como deben ser, que hace todo lo posible para aliviar al despistado propietario que en esos momentos debía estar lamentando tan considerable pérdida. Se merece una alabanza dicho comportamiento y aprovechamos este editorial para hacerla, deseando y agradeciendo que aún queden personas justas y honradas que den ejemplo con su actitud, que vale más que todo el dinero del mundo. De hecho, no tiene precio. Una conducta que bien merece ser portada de nuestro semanal.