Tengo que explicar lo que sentí la tarde del Jueves Santo cuando visité la Iglesia de San Andrés. Todas las imágenes estaban muy hermosas, muy bellas, pero cuando me encontré frente al paso de La Dolorosa y la reparé me quedé boquiabierta, enseguida me di cuenta que no era yo sola la sorprendida, pues el comentario general era el mismo. Yo, como cofrade, sé el interés que Pilar Tobal, como hermana mayor o como presidenta, que se puede decir también, en compañía de Angelita, Mari y Hortensia han trabajado y su ilusión era que la Virgen estrenara traje este año y así lo han hecho.

El manto es una preciosidad y verdaderamente ha merecido la pena vuestro trabajo, también los cofrades han estrenado la capa dando un aire mucho más bello a los trajes. Jesús en el Sepulcro también después de varios años, lo han sacado a hombros y también les ha quedado preciosa las nuevas andas, resultaba muy emocionante ver a estos cofrades con Jesús a hombros, no olvidemos que es mucho más bonito llevar así las imágenes, pero a veces el peso excesivo que tienen hace imposible el hacerlo. Enhorabuena a cada una de las cofradías que hacen posible el esplendor de esta fiesta.

LA COMIDA DE SEMANA SANTA

No sólo la Semana Santa tiene lo que acabo de deciros, las comidas tan ricas que nuestras abuelas nos hacían, yo personalmente nunca las he olvidado, aquellas torrijas con leche unas, y con vino otras, y con aquel pan que no se parecía en nada al de molde que mucha gente usa, aunque también se hacen con pan de viena, sigo diciendo que aquellas eran más especiales; cómo olvidar los sapillos con aquellos huevos de campo tan amarillitos, el arroz con leche recién ordeñada con aquella grasa que ahora quitan y entonces estaba tan buena, las natillas de huevo o el flan. Otra comida muy de antaño era el potaje, o por ejemplo los huevos rebozados con el bacalao cocidito todo junto, también se rebozaban las patatas y se servían con su salsa, no sé si ustedes recuerdan aquel dicho que decía así: ¡Tres días hay en el año que se llena bien la panza, Jueves Santo, Viernes Santo y el día de la matanza!. Cuando yo escuchaba esto de muy niña, me hacía mucha gracia porque pensaba, ¿y los demás? Claro estaba que estas golosinas no nos las hacían a diario, por eso sería el dicho.

He tenido la suerte de salir unos días de Navalmoral y me ha impresionado ver cómo disfrutaban los mayores, me dio mucha alegría ver a estas personas que quizás nunca pudieron o quizás no encontraron la ocasión de salir fuera de sus pueblos, antiguamente sólo se pensaba en trabajar para mañana dejar a sus hijos alguna cosita que quizás luego no se valoraba, no hacían lo que ahora hacen las Comunidades Autónomas, ayudándoles a que el gasto que hacen sea mínimo y puedan disfrutar de esta manera.

Me alegré profundamente y a la vez recordé a tantos seres queridos que nos dejaron sin haber conocido más que su querido pueblo, la vida va más deprisa de lo que parece y ahora que ya no tienen aquellas preocupaciones de ayer, pueden disfrutar tranquilos, ojalá lo puedan hacer muchos años.

PASODOBLES Y TANGOS

Daba gusto ver a los matrimonios bailando esos pasodobles y esos tangos en el salón del hotel. También en la piscina tomaban el sol mirando al mar, ¡qué bonito! Por las mañanas bien temprano ya estaban dispuestos a la marcha, ¡quién lo hubiera dicho hace cincuenta años! Aprovéchense de todo lo que puedan, les dije a algunos de ellos porque seguro que su vida de ayer en su gran mayoría no era como ahora, y ya trabajaron bastante para merecer unas vacaciones que quizás nunca tuvieron y que ahora gracias a Dios tienen la posibilidad de poder disfrutar.