Abel Rocha Ramírez nació en Navalmoral hace 34 años. En esta población transcurrió su infancia y parte de su adolescencia y aquí vive su familia, a la que visita siempre que sus numerosas obligaciones profesionales se lo permiten. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca en la especialidad de Diseño, se trasladó en el año 93 a Madrid, donde realizó un master de Diseño y Comunicación. En la capital estableció su domicilio y formó su propio estudio, desde el que colabora y trabaja para diferentes empresas del mundo publicitario. Compagina su faceta de diseñador con la docencia, pues ejerce como profesor de Educación Secundaria de Plástica y Visual en el Colegio Nuestra Señora de Loreto. Unos 400 alumnos forman parte de unas clases de las que disfruta, ya que es para él una satisfacción y un incentivo ver cómo evolucionan y crecen, cómo su esfuerzo se materializa en la excelente respuesta que recibe de los chicos y chicas que se interesan por una actividad creativa que abarca temas que van desde la Publicidad gráfica y audiovisual hasta el guión cinematográfico. Tras terminar su carrera, realizó un viaje por áfrica, que le inspiró una de sus primeras exposiciones de dibujos y fotografías. La Escuela Concha fue el lugar elegido para mostrar sus creaciones fruto de esta experiencia y los que tuvimos la suerte asistir, pudimos comprobar que tenía talento y creatividad. Ha participado en la realización de series de dibujos animados tan populares como David el Gnomo e ilustrado cuentos infantiles para la Editorial Anaya demostrando que la capacidad para inventar y materializar sus ideas no tiene límite ni espacio. La Biblioteca Infantil de Navalmoral es un claro ejemplo, ya que Abel no dudó un instante cuando le reclamaron del Ayuntamiento para encargarse de su decoración. Personajes de la literatura infantil se pasean llenos de colorido y magia por sus paredes para poner imágenes a la fantasía de los más pequeños. CARTEL DEL CARNAVALMientras aún era un estudiante presentó varios años sus carteles a concurso y resultaron elegidos como imagen del Carnaval del Campo Arañuelo. Eran, explica, "sus primeros pinitos " en este terreno del diseño y siente nostalgia de aquella época llena de frescura, dominada por el collage y la mano alzada."En la actualidad el ordenador es una de las principales herramientas y aunque todo es mucho más logrado y perfecto, no tiene el mismo encanto " añade. Se declara un "carnavalero de toda la vida " y para él fue y sigue siendo un logro importante haber conseguido plasmar en un cartel la esencia de las fiestas principales del pueblo que le vio nacer. Este fué el comienzo que le animó a seguir superándose, investigando, pues se considera una persona ambiciosa en el buén sentido de la palabra, luchadora y nada conformista. Muchos han sido los premios que desde entonces han engrosado su curriculo; Fiestas de renombre como las de San Fermín o las Fallas de Valencia, campañas internacionales como la de Manos Unidas, Carnavales como el de Bilbao, entre otros muchos, han pasado por la mente creadora de este moralo que les ha dado forma y color a un mensaje. Su nombre comienza a oirse en el mundo del diseño, a leerse en revistas especializadas. Su sueño a hacerse realidad. "Todos los que nos dedicamos a esto tenemos una serie de metas que no sabemos si podremos alcanzar...aún me queda mucho por aprender y mucho que conseguir, pues me gusta volcarme en mi trabajo y no voy a dejar de esforzarme, pero si hace años me hubiesen dicho que mis creaciones iban a ser reconocidas a nivel nacional e internacional no sé si lo hubiese creído ". El día 8 de marzo, en el que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, un jurado compuesto por importantes profesionales de la fotografía, el diseño y la cultura otorgó el primer premio en la modalidad de Diseño Gráfico a Abel Rocha Ramírez. Un cartel de una extraordinaria simpleza, pero lleno de significado, puso imagen a la frase Hablemos de igualdad. Una brillante y prometedora carrera se abre ante él y lejos de convertirse en una persona distante, Abel continúa derrochando la misma sencillez y simpatía que siempre le caracterizó.