Por un momento nevó en Navalmoral al paso de los Reyes Magos. Las carrozas iban acompañadas de efectos de nieve que hacían que la magia de ese momento fuera aún mayor. En total seis carrozas, más la estrella de Belén que abría paso a la comitiva de las majestades de oriente, iluminaron los miles de moralos que la tarde del pasado día cinco esperaban su llegada.El recorrido duró más de una hora, en la que se repartieron mil kilos de caramelos. Aunque los más pequeños no estaban por la labor de entretenerse a recogerlos, ya que lo que realmente querían era ver a los tres protagonistas de la noche, Melchor, Gaspar y Baltasar.La cabalgata comenzó pasadas las siete de la tarde de la Cruz del Rollo, pero instantes antes, los Magos de Oriente llegaban escoltados por policías en coche de visitar las tres residencias de ancianos del municipio y el Hospital Campo Arañuelo, con la intención de que nadie se quedara sin regalos e ilusión en esa noche mágica.Desde las concejalías de Festejos y Juventud, se quiso agradecer la colaboración de todos los que pusieron su granito de arena para que todo saliera como estaba previsto. Entre los participantes, la asociación Nutria, que junto a los niños del campamento urbano de Navidad, había colaborado en los preparativos de la cabalgata."Todo ha salido como habíamos planeado y la gente ha disfrutado con todas las carrozas", aseguró.INVERSIóNDesde el ayuntamiento se aseguró que este año se han invertido un total de 9.000 euros en el desfile, aunque la gran mayoría de las carrozas hayan aprovechado la estructura del año pasado.Una de las ideas que más gustó entre los espectadores fue que los niños llevaran antorchas alumbrando el camino de los Reyes Magos, acompañados de los burros que por la mañana habían estado en el parque municipal paseando a los más pequeños, y que en esta ocasión iban cargados de regalos.Por otro lado, la comitiva estaba formada por más de un centenar de personas, a las que habría que sumar los agentes de la Policía Local y los voluntarios de Cruz Roja, que estuvieron pendientes de que no ocurriera ningún incidente que pudiera romper la fantasía.