La necesidad de crear un sistema de refrigeración para los dos reactores de la Central Nuclear de Almaraz planteó en los años 70, la conveniencia de construir un embalse - el de Arrocampo - aprovechando el cauce de un arroyo medio seco. Este nuevo ecosistema creado alrededor de este importante centro generador de energía era impensable hace veinte años. Tras producirse las sucesivas fases naturales de colonización -plancton, bentos, vegetación e ictiofauna- se ha propiciado la aparición de un entorno en el que conviven gran cantidad de especies. Naturaleza y técnica se unen y desarrollan a la par, para demostrar que pueden convivir en perfecta armonía. Prestigiosas instituciones y empresas independientes como la Cátedra de Ecología de las Universidades de Extremadura y Sevilla se encargan de estudiar, vigilar y proteger lo que los científicos califican de "experimento único", ya que en Arrocampo "la vida surgió a partir del agua, que es el origen de la vida misma".

DISTINTAS ESPECIES

El desarrollo de las familias de peces favoreció la cadena alimenticia que sustenta este complejo y variado ecosistema. El bosque mediterráneo surgió entorno a un mosaico múltiple de plantas y flores, encinas y alcornoques propios del paisaje autóctono dibujando un universo plural lleno de vida. Protegidas por el perímetro de las instalaciones, numerosas cigüeñas han hecho de la pantalla del embalse su domicilio habitual. Un equipo de biólogos estudia el porqué de esta modificación en su comportamiento, ya que han abandonado sus costumbres migratorias y de situar sus nidos en torres altas. Se piensa que en el embalse encuentran el alimento necesario y en el entorno, protección y tranquilidad. Una gran colonia de cormoranes, quizá de las mayores de Europa ha buscado refugio en estos campos; garzas, ánades de diversas especies y otra serie de aves han encontrado en este lugar el idóneo para el anidamiento y reproducción. águilas reales y buitres leonados procedentes de Monfrague y la Sierra de Gredos, sobrevuelan el cielo y la presencia del aguilucho lagunero certifica la riqueza de las aguas. Corzos y ciervos buscan refugio en el monte bajo que las circunda y al atardecer, los jabalíes, que no se sienten acosados por los cazadores, acuden en busca de bellotas. Fuentes de la Central Nuclear informan a nuestra redacción que entre sus objetivos se encuentra la protección y vigilancia de este entorno natural lleno de riqueza y el cuidado de los seres vivos que lo pueblan.