El tanatorio-funeraria La Inmaculada comenzó su andadura en el Mercado de Abastos, aunque por aquél entonces desempeñaba únicamente la labor de funeraria. Fue en el año 1989 cuando La Inmaculada se trasladó a la que hoy es su actual ubicación: la avenida de las Angustias y se convirtió, según comentaba Fernando Calderón, gerente de La Inmaculada, en el primer tanatorio del grupo nacional Segyresa (Servicios y Gestión Funeraria).Situada en un edificio emblemático, cuya fachada está presidida por la Virgen de la Inmaculada, el tanatorio-funeraria decidió hace unos 18 meses ampliar sus instalaciones y crear un nuevo concepto de funeraria para lo que han cuidado mucho la iluminación. "Hemos querido darle otro punto de vista, no hacer un lugar tétrico sino darle un aspecto más relajado respetando siempre el dolor de las familias", comentaba Calderón.NUEVAS INSTALACIONESLa inauguración de las nuevas instalaciones se realizó el pasado 28 de noviembre y fueron bendecidas por el párroco de las Angustias, Felipe Sánchez González. Al acto también acudió el alcalde de Navalmoral, Rafael Mateos, y una delegación del consistorio moralo compuesta por María Victoria Villalba, primera teniente de alcalde, Santos Alemán, segundo teniente de alcalde, María Milagros Rodicio, edil de Cultura, y María García, concejala de Juventud, así como diferentes personalidades y autoridades locales.SALAS VELATORIOAllí todos pudieron contemplar las cuatro salas-velatorio perfectamente acondicionadas que ofrece La Inmaculada para que los familiares que acompañan al difunto pasen unas horas, pasen una estancia relajada.El tanatorio-funeraria también dispone de aparcamiento subterráneo, cafetería, una sala de exposición de ataudes, sala de autopsia y una pequeña capilla en la que hay posibilidad de oficiar funerales.El tanatorio-funeraria La Inmaculada presta sus servicios tanto a compañías como a particulares. Así Calderon afirmaba: "Nos hacemos cargo de todo el proceso tanto en los servicio ordinarios como en los traslados nacionales o internacionales que también realizamos".La Inmaculada se ocupa de todos los detalles para que las familiares puedan decir el último adiós a su ser querido sin tener que preocuparse por nada. Sus servicios abarcan desde que una persona fallece hasta que sus restos mortales descansan en el cementerio. Así se encargan de tramitar los certificados de defunción, los del registro civil, de acondicionar el cadáver, de adquirir las flores, de organizar el entierro y de trasladar el cuerpo a la iglesia.Según comentaba Calderón, un cuerpo suele permanecer en el tanatorio unas 20 horas desde que fallece hasta que recibe sepultura. Así que ya que estas son sus últimas horas entre nosotros démosle un adiós como se merece y, sin duda, en La Inmaculada nos prestarán los mejores servicios.