El cultivo del tabaco es uno de los principales motores de la agricultura de la zona, pero no siempre hubo técnicas que facilitaran el trabajo tal y como lo hacen hoy día. Ararlo con un caballo, plantarlo con la ayuda de una azada, regarlo con una noria son algunas de las maneras en la que estos agricultores, conocidos en tiempos pasados como medieros, trabajaban sus plantaciones de tabaco.Aunque la forma de cultivar ha cambiado, la figura del mediero sigue presente en el homenaje que la compañía tabaquera Altadis rinde desde hace nueve años a los hombres que hicieron que nuestra zona fuera la mayor productora de tabaco de España (a finales de la década de los 70 y principios de los 80, el 75 por ciento del tabaco español se producía en la provincia de Cáceres) y lo siga siendo.HOMENAJEEl reconocimiento a estos medieros se consiguió en el año 1995 promovido por José Vizcaíno, mediero y accionista de Tabacalera desde los 70, en una junta general cuando era presidente de la compañía Pedro Pérez. "Antiguamente había que producir el tabaco a sangre y a fuego, yo no hablaba como accionista sino como trabajador. Se trabajaba como esclavos y estos hombres y mujeres se merecían que se les reconociera un trabajo tan duro", afirmaba Vizcaíno. Así nació el homenaje con el que hace nueve años los medieros de la Vera y del Campo Arañuelo son reconocidos por la compañía Altadis (antigua Tabacalera).Desde que naciera el homenaje los medieros han acudido a visitar la fábrica que Altadis posee en Logroño dedicada a elaborar tabaco rubio; sin embargo, este año, en concreto la semana pasada, la cita tuvo lugar en Alicante. Allí, medieros de las localidades de Tiétar, Talayuela y Navalmoral visitaron "la fábrica más moderna que posee la compañía en España. Se inauguró el año pasado y produce 8.000 cigarrillos de tabaco negro por minuto", comentaba Vizcaíno.LUCHANDO POR UNA FáBRICAAdemás de luchar porque la labor de los medieros fuera reconocida, Vizcaíno lleva reivindicando, desde la década de los 70, una fábrica de cigarrillos para la provincia de Cáceres.La lucha comenzó cuando era presidente de Tabacalera, Monreal Luque, el que según relataba Vizcaíno afirmaba que las fábricas se construía en las ciudades que poseían puerto de mar. Esta explicación no convencía a Vizcaíno, ya que aunque hoy están cerradas por aquellos años había fábricas en ciudades como Madrid. Por ello, aunque sin "ningún apoyo por parte de la administración extremeña", apuntaba, Vizcaíno continuó en el año 82, en el 90 (año en le que se abrió la fábrica de Cádiz) pidiendo una fábrica para la zona que más tabaco producía, "la nuestra", para lo que llegó a manifestarse en las puertas de la sede de la compañía en la capital española.Aunque la petición de Vizcaíno no ha podido ver la luz "cada vez se están cerrando más fábricas de cigarrillos, dentro de unos años quedarán tres o cuatro", afirma que se siente satisfecho porque aunque no se haya construido la fábrica en Cáceres ha conseguido que "estos hombres que tanto representaron en el cultivo del tabaco" obtengan un reconocimiento que puede decirse que ya está institucionalizado.Así Vizcaíno comentaba que nunca se cansará de agradecer "este gesto tan humanitario de Altadis", concluía.