La publicación Vivir el Vino y la CRóNICA DE NAVALMORAL les invita a realizar un curso de cata a través de estas páginas. Un curso de iniciación en el que aprender, reconocer y valorar los diferentes tipos de vino.En el número anterior de esta publicación comenzamos por la primera fase de la cata que es la observación. Un componente que nos indica la edad aproximada, las distintas formas de elaboración y las variedades de uva utilizadas. También nos cuenta sus defectos y sus virtudes. Sólo hay que saber mirar para valorar la intensidad, la cualidad, el matiz o tinte y la fluidez. Para ello se debe tomar la copa por el tallo e inclinarla un poco sobre un fondo blanco. En esta ocasión nos centraremos en los vinos rosados y tintos ya que los blancos los abordamos la pasada semana.LOS ROSADOSLos vinos rosados son los más jóvenes, al igual que los blancos, son de colores más claros (del frambuesa al grosella), llegando hasta el color piel de cebolla cuando ya están en su ocaso. Así encontramos: rosa franco, rosa cereza, rosa frambuesa, rosa amarillo, rosa anaranjado, rosa albaricoque, salmón y piel de cebolla.Su borde varía desde el rosa frambuesa de los más jóvenes, pasando por el fresa fresca y fresa madura hasta el albaricoque.VINOS TINTOSAl contrario que los blancos y los rosados, los tintos cuentan con los colores más potentes en su juventud, apacigúandose con los años.De esta forma, los jóvenes lucen tonos amoratados, y con los años derivan hacia marrones tejas, chocolates y yodados. El color también denota el cuerpo del vino: un rojo cereza picota con toda seguridad se mostrará en boca con cuerpo y preparado (si tiene suficiente madera) para envejecer a largo tiempo.Si es de color rubí claro será suave en boca y con poco cuerpo. Rojo violeta, rojo púrpura, rojo cereza, rojo grosella, rojo sangre, rojo rubí, rojo granate, rojo teja y rojo caoba.Sus bordes oscilan entre los reflejos violáceos de los jóvenes, los cerezas de los maduros, hasta los tejas de los más viejos. Hay que acabar con la idea de que cuanto más color, "capa", más calidad. Ese factor depende de la variedad con la que se elabora (ya que por ejemplo, la uva Garnacha o la Mencía tinta de violeta profundo el vino, la Cariñera suele aportar tonos granate y la Cabernet Sauvignon se acerca más al frambuesa); de cómo ha sido podada la viña, el abono del terreno, y sobre todo, del tiempo que ha estado en contacto con los hollejos de uva (donde se encuentran los taninos de la fruta y el color). Por lo tanto un mayor extracto de color no tiene por qué ir vinculado a una mayor calidad del vino.La próxima semana nos centraremos en el sentido del olfato a la hora de realizar la cata.