Tan cerca y a la vez tan lejos. Esa es la sensación con la que salieron del Aula de Cultura los visitantes que acudieron a la exposición que organizó hace unos días la Asociación de Jóvenes Magrebíes de Navalmoral de la Mata en colaboración con el ayuntamiento moralo a través del programa de exclusión social desarrollado por los Servicios Sociales.

Y es que como afirmaba Loubna, una de las jóvenes magrebíes que colaboraba en la muestra aunque no pertenecía a la asociación, "la gente conoce el nombre de Marruecos, muchos lo han visitado, pero no sabe cómo es Marruecos". Así, con este objetivo se puso en marcha esta exposición para que los vecinos de Navalmoral conocieran las costumbres y la cultura del norte de África.

Finalidad que no perseguían conseguir simplemente esos días sino que esperan que permanezca, porque ellos también son parte de la población de la comarca, ya que tan sólo en la localidad morala se encuentran empadronados más de 1.800 ciudadanos de origen magrebí.

EL RECORRIDO

Así, recorrer el Aula de la Cultura era como adentrarse por unos momentos en el mismo Marruecos. Los jóvenes de la Asociación hacían de guías experimentados, conocedores de su tierra, y a la vez que mostraban cada una de las dependencias recreadas, explicaban cómo viven ellos mismos y sus compatriotas.

Útiles de labranza, oraciones del Libro Sagrado: el Corán, alfombras, mapas y fotografías de Marruecos, té y dulces típicos. No faltaba el más mínimo detalle. "Estos son los trajes que llevamos en verano ", explicaba Loubna apuntando a un vestido de color azul con ribetes blancos. " éste otro, blanco y con un bolso es el que se pone la mujer la primera vez que sale a la calle con su marido después de su boda. Para que así sepan los demás que es una mujer casada ", añadía.

FORMA DE VIDA

Las dependencias de un hogar magrebí tampoco estaban ausentes en la muestra. Así aparecía recreado un salón tradicional y otro actual, cuya diferencia "es que el sillón del moderno está hecho con lana de cordero ", comentaba Loubna. Dulces típicos, cus-cus y té verde era parte de la gastronomía que también estaba muy bien representada, y con la que uno de los días de la muestra los visitantes fueron agasajados.

En la exposición también pudo observarse la moneda oficial de Marruecos, el dirham, "100 dirham equivalen a 10 euros ", explicaba la encargada del expositor. Aunque lo que más expectación causó entre los que acudieron a conocer la cultura y las costumbres magrebíes fue el salón de henna, --que estaba dividido en tradicional, moderno y antiguo--, "el día de la boda la mujer debe llevar tatuados con henna los pies y las manos. Es un símbolo de belleza. Y las invitadas sólo se tatuan un dedo ", apuntaba Loubna.

Tampoco pasó desapercibido el taller de escritura árabe, porque al igual que en el salón de henna que todo aquél que lo deseara podía hacerse un tatuaje, en éste podían llevarse su nombre escrito en este idioma.

MOSAICO DE TRADICIONES

Marruecos está formado por un elaborado mosaico de tradiciones artísticas. El nexo de unión del arte marroquí es la música, que abarca desde el estilo clásico que se desarrolló en la España musulmana y las tradiciones musicales narrativas de los bereberes hasta la fusión contemporánea de música africana, canción francesa, pop y rock.

La danza es una disciplina que se ejercita con discreción (teóricamente las mujeres marroquíes no deben bailar). La más característica es la danza circular, conocida como ahidous y proveniente de una tradición antigua y simbólica de los bereberes.

La artesanía es otro elemento básico del país. La marroquinería es apreciada por los comerciantes desde el siglo XVI. Una herencia igualmente rica y que se mantiene en auge es la producción de alfombras, joyería, artículos de bronce y tallas de madera.