Los párrocos de Navalmoral han acudido a visitar al Papa en varias ocasiones. Unas veces lo han hecho solos y otras han estado acompañados de centenares de moralos que a lo largo de los 26 años de Pontificado de Juan Pablo II han querido viajar hasta El Vaticano para poder verlo de cerca. Tras el fallecimiento del Santo Padre, los párrocos de la localidad han contado su experiencia a La Crónica de Navalmoral. Don Tomás, arzobispo de la zona, se desplazó hasta Roma en el año 1986 para estar junto a Juan Pablo II. Don Tomás ha declarado a este periódico que "La Iglesia está llena del Espíritu Santo", por lo que la muerte de Juan Pablo II no ha dejado huérfanos a los creyentes. Otra experiencia es la de Don David, párroco de la iglesia de San Andrés. Ha viajado a muchos lugares para acompañar al Sumo Pontífice y poder sentir de cerca su presencia. Roma, Israel, Toronto, Madrid y Guadalupe han sido los lugares en los que Don David pudo ver al Papa. Para él "cada viaje ha tenido sus circunstancias y sus distintas facetas, pero todos me han parecido muy especiales, ver al Papa siempre me hacía sentir algo especial". Su impresión sobre Juan Pablo II es que "tenía un carisma muy llamativo. Con los jóvenes era fuera de serie, supo acercarse a ellos e hizo que ellos se acercaran a él". Para Don David, la pérdida de Juan Pablo II es algo muy doloroso porque " ha sido una persona muy querida por todos los creyentes".Don Felipe es el párroco de Nuestra Señora de las Angustias y asistió en numerosas ocasiones a Roma para ver a Juan Pablo II. Ha organizado alrededor de diez excursiones desde Navalmoral para que los que lo desearan pudieran ver al Pontífice, y en todas ha tenido muchísimo éxito. Tuvo la oportunidad de hablar con él, y considera que tenía un encanto especial. "Cuando le conocí ya tenía achaques y dolores, se le notaba el gesto de dolor. Su médico personal, que siempre iba cerca de él, le ofreció un calmante pero él no quería", cuenta Don Felipe. Tres de sus viajes los hizo acompañado por jóvenes y él último de ellos fue en octubre del año pasado. 76 jóvenes del instituo Zurbarán asistieron a Roma y fueron recibidos por Juan Pablo II en una audiencia privada. Una de las chicas que asistió pudo dar la mano al Papa, y según cuenta Don felipe "estuvo más de una hora llorando y no había manera de consolarla, porque estaba muy emocionada".CRÍTICASTras su muerte, algunos sectores de la sociedad continúan criticando a Juan Pablo II porque consideran que fue un hombre muy conservador con algunas ideas. Don Felipe opina que "las críticas son normales, siempre las hay. Lo único que puedo decir es que ha sido un Papa muy consecuente con sus ideas y sobre todo muy valiente. Fue un defensor de La vida a ultranza y hablaba desde la fe".Las cualidades que más destaca Don Felipe de Juan Pablo II, han sido su capacidad para llegar a los más sencillos y sobre todo a los jóvenes. Lo que más le llama la atención, es que "los sacerdotes tenemos muchas dificultades para lograr reunir a los jóvenes, y sin embargo él era capaz de llenar las iglesias y cualquier otro sitio".SUCESIÓNAhora llega el momento de empezar a preguntarse quien será el próximo Pontífice. Don Felipe no cree que el sucesor de Juan Pablo II sea ni mejor que peor que él, "cada uno tiene su sello y aporta una cosa diferente", asegura. Actualmente el Camarlengo, Eduardo Martínez Somalo, es el que está al frente de la Iglesia, y según ha declarado el párroco de Nuestra Señora de las Angustias, "Martínez Somalo tiene primos hermanos en Navalmoral".