«Es que son los mismos contenidos, casi los mismos profesores, prácticamente las mismas asignaturas... Es una injusticia, sobre todo porque nos prometieron que arreglarían los trámites para que pudiéramos acceder al título, pero aquí seguimos a la espera. Nos han mareado entre las administraciones. De la Junta de Extremadura al Ministerio, y del Ministerio a la Junta, como si fuéramos una pelota de pimpón porque ambas decían que no era de su competencia, que no podían hacer nada. Y así llevamos reclamando más de un año». Es la queja de antiguos estudiantes de la -ahora- Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura (ESAD).

Para contextualizar su demanda, hay que remontarse al año 1998, cuando este centro empezó a funcionar con el nombre de Escuela de Teatro y Danza y no era considerada enseñanza superior. Las primeras ocho generaciones de alumnos se graduaron en un sistema que no contaba con titulación reglada; pero desde 2009 ya está homologado como tal, de manera que ahora sus estudiantes sí salen con la acreditación oficial pertinente. «Nuestra petición es estar en igualdad de condiciones, porque hemos recibido la misma formación», subraya la pacense Esther Gala, que junto a su compañera Mercedes Barrientos han iniciado la pelea por conseguir, al fin, esa titulación reglada.

Han creado una plataforma a la que pertenecen 28 de los 40 alumnos afectados. «En las primeras promociones éramos pocos estudiantes, además, muchos no acabaron el curso aquí, se trasladaron a otras escuelas», explica Gala.

Llevado al Pleno

Tras varias batallas, el Pleno de la Asamblea del pasado 15 de noviembre aprobó instar a la Junta a modificar el decreto por el que se creó la actual Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura con el fin de transformar la antigua Escuela de Teatro y Danza en también un centro superior, «con el objetivo de reconocer esas asignaturas cursadas como análogas, permitiendo su homologación». Fue una propuesta de Podemos. «Esperamos que ahora con este impulso nos hagan caso y nuestra petición no caiga, de nuevo, en el olvido. Porque si tardan mucho, llegan las elecciones y ya todo cambia», se lamentan Esther Gala y Mercedes Barrientos.

Y recuerdan que la situación que viven también se da en otras comunidades autónomas donde las escuelas de arte dramático han tenido una evolución similar hasta convertirse en centros de enseñanza superior. «Solo exigimos lo que nos corresponde, no estamos pidiendo que nos regalen un título ni mucho menos, sino que se cierre el trámite de una vez», insisten las portavoces de los afectados.