Un grupo de setenta artistas, compuesto entre otros por actores y músicos, reclamó ayer públicamente el cobro de sus honorarios por el trabajo desempeñado en el último certamen del Festival de Teatro Clásico de Mérida, que se saldó con la dimisión de sus directoras: Blanca Portillo y Chusa Martín. En un comunicado, ambas indicaron entonces que la "mayor parte" de sus motivos tenían que ver con "asuntos de índole económico" y de "gestión y transparencia" de la organización administrativa del propio festival.

Ahora, en un comunicado enviado a los medios, los trabajadores aseguran que "las infructuosas negociaciones e intentos de diálogo inútiles" con las autoridades competentes les han llevado a tomar la decisión de reivindicar sus salarios de forma pública. El próximo jueves han convocado una rueda de prensa en el teatro Arlequín de Madrid, acto con el que pretenden mostrar su situación actual y sacar a la luz el importe que todavía no han cobrado, según informó su responsable de prensa, María Díaz.

La celebración del festival durante este pasado verano coincidió con el cambio de gobierno en la comunidad autónoma, de modo que la organización y gestión del certamen era responsabilidad del ejecutivo saliente.

La nueva consejera de Educación y Cultura de Extremadura, Trinidad Nogales, señaló el 9 de noviembre que el nuevo gobierno regional del PP recibió este certamen en un "estado crítico" y una documentación económica que no se ajustaba a la normativa contable, lo que llevó a la apertura de un expediente a la anterior gerencia.

PERDIDAS Nogales informó entonces que las cuentas estaba "embargadas", que había empresas que "no han sido pagadas" y los trabajadores "no han cobrado".

Nogales entonces la apertura de un expediente disciplinario al gerente del festival, Pedro Salguero, que condujo a su despido por inhibición de su responsabilidad. El motivo era no haber entregado toda la documentación contable exigida por el Consejo Rector del certamen extremeño.

UNA CARTA ESCRITA El gerente presentó su dimisión al frente del festival y de la Orquesta de Extremadura (Oex) en octubre, después de que presentara unos resultados que contemplaban un déficit de 773.000 euros solo en la taquilla del Festival.

En una carta escrita al presidente de la Junta, José Antonio Monago, aludía a la desconfianza que había generado su gestión entre los miembros de la comisión ejecutiva del festival. Pero su petición no fue admitida debido a que no había cumplido con su obligación de presentar y justificar las correspondientes liquidaciones de las cuentas anuales.

Un día después de presentar los resultados del festival, debía hacer lo propio con las de la orquesta, pero no acudió a la reunión de la comisión ejecutiva. En su lugar envió las cuentas "vía e-mail y en apenas unos folios", según explicó entonces la consejera.

LA NORMATIVA CONTABLE "Desde el primer minuto se solicitó a los responsables de la dirección artística y de la gerencia la documentación económica para conocer la situación del Festival, y no hemos recibido una documentación que se ajuste a la normativa contable de cualquier institución pública", señaló entonces Nogales.

La consejera de Cultura recalcó la "apuesta firme" del Ejecutivo de su partido por el futuro de una cita cultural cuya última edición registró 59.926 espectadores --un 23% de ellos invitados--.

"Mérida tendrá en 2012 un festival de teatro que sea un referente en la cultura nacional e internacional", señaló entonces.

Profesionales del mundo del teatro ya trabajan en el plan de viabilidad de un evento que, a finales de este año o principios de 2012, contará con una nueva gerencia y dirección. Aunque no quiso dar fechas para no comprometerse, señaló que esto no puede retrasarse más allá de comienzos del próximo año.