Natalia Verbeke y Daniel Guzmán se han puesto los guantes y rivalizan tanto en el ring como en la calle. Ambos encabezan el reparto coral de A golpes , segundo largometraje de Juan Vicente Córdoba, que muestra un mundo de jóvenes que se agarran al boxeo para sobrevivir en un medio que les empuja a la marginalidad.

Juan Vicente Córdoba, autor también del guión junto a María Reyes Arias, sitúa la acción en el madrileño barrio de Vallecas, como símbolo de todas las periferias de las grandes ciudades habitadas por familias trabajadoras que dieron entidad al barrio cuando llegaron a trabajar desde pueblos de Castilla o Andalucía y ahora por inmigrantes marroquíes o latinoamericanos.

MALOS TRATOS El paro, los malos tratos, la droga o la delincuencia son los problemas a los que todos los días se enfrentan cinco amigas, interpretadas por María Vázquez, Marian Alvarez, Zay Nuba y la colombiana Juana Acosta, junto a Verbeke, que es la que ha tomado el boxeo como medio de ganarse la vida.

La necesidad las llevará a robar joyas y abrigos de pieles por el sistema de empotrar un coche en los escaparates, entrando así en rivalidad con los chicos, encabezados por Guzmán, un antiguo profesional del cuadrilátero.

El realizador es aficionado desde niño al boxeo, razón por la que tomó este deporte como excusa para aglutinar un gran diversidad de asuntos.

Pero sobre todo ha querido que A golpes sea "una crónica sobre la marginación femenina", incluso entre los colectivos ya marginados. Córdoba explicó ayer que su película se siente deudora de Perros callejeros , Navajeros o Deprisa, deprisa , que en los años 70 y 80 retrataron el universo masculino de los barrios populares. Los cambios sociales llevan a que ahora sean las mujeres las que "deben hincar las uñas y morder para salir adelante".

En la realidad, Daniel Guzmán, muy popular gracias a la serie de televisión Aquí no hay quien viva , es un boxeador aficionado que entrena todas las semanas.