La actividad política de la actriz Berta Ojea no es un final de camino sino una consecuencia natural de su propio compromiso. "No sé cuánto durará", afirma. De hecho, no sólo ejerce como política socialista en Madrid (intervino en la Plataforma de Apoyo a José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones del 2008) sino que ha formado parte de colectivos de defensa de los propios actores. ¿Y por qué causan tanta repercusión las manifestaciones públicas de los artistas? Beatriz Ojea responde que los actores tienen mucha presencia. Pero "al PP le molestó la protesta que se hizo contra la guerra de Irak y desde entonces hace campaña contra la gente del cine. Lo importante es que la cultura es patrimonio de todos los ciudadanos y el cine forma parte de ello". Pero ahí están las declaraciones del actor Guillermo Toledo, que ha dicho que el preso cubano Orlando Zapata muerto en Cuba tras una huelga de hambre era un preso común y no político, y que había sido manipulado. "Es la opinión de un ciudadano que responde a la pregunta de un periodista. Somos actores, pero cada uno piensa lo que piensa. La repercusión no se debe a que sea actor, sino a su popularidad".