Berta Riaza lleva desde el 2005 retirada como actriz. Su último montaje fue Tío Vania . Quebrada su salud, a los 80 años aún se la recuerda y en un país olvidadizo con sus actores, que un festival como el de Mérida la haya elegido para recibir el Premio Scaena (antes lo han obtenido Darío Fo y José Monleón) restituye de algún modo el honor perdido de la cultura hispana respecto a los cómicos.

Y no cabe duda de que a Berta Riaza se la podría calificar de cómica. En su carrera aparecen papeles que lo acreditan. Aquí, en Extremadura, se la pudo ver en Las mujeres sabias , de Moliére, un papel por el que recibió el Premio Mayte de Teatro en 1999. Pero también en el sentido amplio de la palabra cómica: la lleva quien a los 13 años ya se movía entre bambalinas teatrales. Era hija única de un matrimonio que tenía una peluquería de teatro, así que la proximidad a ese mundo hacía fácil que alguien como ella pudiera ser tentada a asumir otras personalidades.

VALENTIA Entonces no se imaginaba que sería una de las troyanas que pisarían la tierra del teatro romano de Mérida. Fue en 1994, la última de sus actuaciones en la escena emeritense. Ella es la actriz que más veces (siete) ha pisado este escenario. Por este motivo y "por ser una gran intérprete", afirma Francisco Suárez, director del festival, "se merece este premio".

Suárez habla del compromiso, de la valentía teatral de Riaza. "Cuando hablé con ella en su casa de Madrid para comunicarle la noticia, ella me dijo: "¿Pero que voy a decir?". Y yo le dije: "Nada, simplemente estar allí". A pesar de su delicado estado de salud (que ha impedido mantener una entrevista con ella), la actriz viajará hasta Mérida para recoger el premio de manos de uno de sus directores más asiduos, Miguel Narros. Será una ceremonia breve y sencilla, que precederá a la actuación de la Orquesta de Extremadura con la primera sinfonía de Mahler y la representación de El rapto de Proserpina , a cargo de Xarxa.

Un montaje audiovisual repasará con imágenes la vida y la trayectoria profesional de la actriz, que estará acompañada además por Julieta Serrano y Blanca Portillo. Esta última participó en aquel montaje de Las Troyanas de hace quince años.

Hay que remontarse a 1959 para encontrar el debut de la actriz en el teatro romano, con La Orestiada , de Esquilo, a las órdenes de José Tamayo, que repitió al año siguiente. Más adelante apareció en Edipo , Numancia , Retablo jovial y, de nuevo, La Orestiada . Son hitos de una carrera dedicada casi enteramente al teatro.

"Siempre fue emocionante su presencia y su trabajo en escena", afirma la dramaturga Itziar Pascual, que escribió una biografía sobre la actriz con motivo del homenaje que esta recibió del colectivo teatral Las María Guerreras en el 2005, poco después de su retirada. Pascual la vio precisamente como Clitemnestra en La Orestiada .

"He tenido el lujo de ser espectadora de diversos montajes de Berta y esto me ha permitido verla en muy diversos papeles: como Bernarda en La casa de Bernarda Alba o como Gertrudis en Hamlet . Pero también la he visto en otros registros, como en La discreta enamorada o Las comedias bárbaras , entre otros muchos papeles".José Monleón, crítico y director del Instituto Internacional del Teatro del Mediterráneo, re- cuerda a la Berta Riaza comprometida con "un teatro crítico y responsable" durante la dictadura. "Ella se ha tomado su trabajo con una actitud distante de la frivolidad o el éxito como valores, y eso se aprecia en la selección de títulos y personajes que ha interpretado".Itziar Pascual describe a la actriz como "una gran profesional y si cabe, mejor persona. Una amiga de sus amigos y una gran trabajadora". ¿En qué sentido se la podría considerar como un modelo para la profesión? Según Pascual, "en la seriedad de su compromiso y en lo cálido de su complicidad. Porque siempre ha sido generosa con el teatro y con quienes querían aprender. En la sencillez de su estar y la maestría de su trabajo".Es posible que el rostro de Berta Riaza no sea tan familiar como el de otros compañeros, tentados o afortunados con una serie de televisión de interminables capítulos. Y para rastrear su presencia en el cine, baste decir que su última actuación fue en el cortometraje El puzzle . En papeles esporádicos se la pudo ver en Entre tinieblas , de Pedro Almodóvar, o Luces de bohemia . "Ella ha sido una mujer de teatro puro", dice Suárez. "Rechazó montones de películas porque para ella la palabra era lo imprescindible".Su nombre está asociado a los grandes actores y directores que han trazado la historia del teatro español del siglo XX. Riaza trabajó con directores como Luis Escobar, José Tamayo, en Diálogos de carmelitas , José Luis Alonso, en El jardín de los cerezos o Miguel Narros, en Numancia . Este trabajo lo compaginó durante años con la televisión, donde fue una de las actrices de Estudio 1 .En el homenaje que en el 2005 le dedicó el colectivo Las María Guerreras, la actriz conservaba su humor y su "mirada de niña dispuesta a seguir sorprendiéndose de lo que haga falta", según señalaba la periodista Rosana Torres en su crónica para Las comedias bárbaras

El puzzle Entre tinieblas Luces de bohemia

Diálogos de carmelitas El jardín de los cerezos Numancia Estudio 1

El País