El escritor Jesús Sánchez Adalid (Badajoz, 1962), ganador del XII Premio de Novela Fernando Lara por su novela El alma de la ciudad el 11 de mayo en Sevilla, presentó ayer su libro en Madrid junto al escritor Fernando Sánchez Dragó, quien calificó esta obra de "novelón muy bien trazado y sólidamente construido".

"Se trata de una novela en la que hay, como mínimo, otras cuatro novelas; no es una novela histórica sino filosófica que pertenece al género literario del camino de Santiago, y es una novela sobre la fundación de una ciudad que se llama Ambrosía", precisó Dragó.

La narración está ambientada en plena Edad Media y la protagonizan "seres entrañables, como nosotros, que se enfrentan a las trampas que les pone la vida", declaró el escritor extremeño.

Adalid, que hace 15 años se ordenó como sacerdote, matizó las palabras de Dragó, y dijo que El alma de la ciudad no es un libro de filosofía ni de historia, pero si está presente la espiritualidad. Explicó que su obra narra la fundación de las ciudades en la Edad Media, del concepto de burgo, del nacimiento de una nueva civilización, del Gótico y "de una manera de entender el mundo que no se configura como un espacio cerrado o un túnel oscuro hasta el Renacimiento, sino como algo que va más allá de estos conceptos".

No obstante, lo relevante es la historia del protagonista, enfrentado entre dos mundos en una pugna "en la que no hay ni buenos ni malos. Sólo persigo reflejar mi versión del ser humano".

De la misma manera, Adalid manifestó que el texto "huye de ejercicios que se enjuicien como políticamente correctos o no, ya que mi objetivo únicamente es el de plasmar un tiempo histórico y una época concreta". De esta forma, destacó que su novela "recrea la Avila del siglo XII y la repoblación de la trastierra, en una época en la que Alfonso VIII se embarca en la aventura de una nueva reconquista y se funda la ciudad de Ambrosía, la actual Plasencia".

El ganador del Fernando Lara definió la novela histórica como "una cámara panorámica que te permite viajar a otro tiempo para comprender otra época y a las personas que vivieron en ella, entendiendo mejor, así, el tiempo que nos ha tocado vivir". Además, apuntó que la obra "responde a una absoluta honestidad histórica, y que ningún dato está violentado por capricho del autor".

Adalid añadió que "la vida de personajes como Ricardo Corazón de león o del Rey Arturo la conocemos gracias al cine, por lo que, en este sentido, la literatura tiene que acercarnos a la historia, ya que no somos capaces de adentrarnos en el mero dato frío y estadístico".