Mary Higgins Clark, considerada la reina del suspense de la literatura norteamericana, que murió en la noche del viernes a los 92 años, fue autora de más de 50 libros y tuvo la capacidad de conectar con sus lectores y de ahí que, solo en Estados Unidos, se hayan impreso más de cien millones de copias de sus títulos, informa Efe.

La escritora tuvo fama por la tensión creciente en el ritmo que imprimía en sus novelas policíacas: «si estás leyendo mi libro, quiero que no puedas resistir el deseo de leer el siguiente párrafo. El cumplido más hermoso que uno puede hacerme es decir ‘leí tu maldito libro hasta las 4 de la mañana, ahora estoy exhausto’. Respondo entonces: ‘Bueno, tienes lo que pagaste’».

Autora de más de 50 libros, éxitos tan significativos en el ámbito anglosajón como la novela ¿Dónde están los niños? -e la que se han vendido más de cuatro millones de ejemplares- o Acuérdate de mí - con más de dos millones, son algunos de los más conocidos.

Su obra ha merecido los más prestigiosos premios y galardones nacionales e internacionales del género, y sus ventas millonarias la catapultaron a la cima de género del suspense. «Nadie consiguió una conexión con sus lectores como Mary. Los comprendía como si fueran parte de su propia familia. Sabía lo que querían leer y, sobretodo, lo que no querían leer, y por ello conseguía sorprenderles con cada libro», comentó su editor Michael Korda.

Nacida en Nueva York, en el Bronx, el 24 de diciembre de 1927, en una familia modesta de origen irlandés, Mary Theresa Eleanor Higgins Clark dice que contrajo el virus de la escritura a la edad de 7 años. Pero fue la muerte prematura de su esposo y su condición de viuda con cinco hijos lo que la empujó a ello.

Después de varias radionovelas y una biografía de George Washington, publicada pero sin éxito, es cuando decide embarcarse en el género de la intriga. Su primera obra, ¿Dónde están los niños? (1975) no tardó en convertirse en un éxito de ventas. Además, fue llevada al cine junto a otra de sus obras, Un extraño te espía. En sus memorias, Entre ayer y mañana (2003), la que desde 1996 era la esposa del empresario John Conheeney, aseguró que escribiría hasta su muerte porque «si ganas la lotería, hace feliz un año, hacer lo que amas te hace feliz toda la vida». Sus últimos libros publicados en español son No llores por un beso, El último baile, Mentiras de sangre, Sé que volverás y Los años perdidos.