Extremadura es una tierra de contrastes, en la que el paisaje varia de una zona a otra y en la que el visitante puede perderse en parajes únicos, en los que la naturaleza nos hace evocar épocas pasadas. Estas son algunas de las sensaciones que el turista tiene al conocer la Zona de Interés Regional (ZIR) del Orellana y Sierra de Pela.

El embalse de Orellana se sitúa al noreste de la provincia de Badajoz, extendiendo sus aguas desde la cercanía de la localidad de Orellana la Vieja, donde está la presa, hasta la sierra de Puerto Peña, donde el Guadiana es regulado de nuevo por el embalse de García Sola. La Zona de Interés Regional, de 42.609 hectáreas de extensión, suma al embalse la adyacente Sierra de Pela y una extensa franja de pastizales, regadíos y dehesas situadas tanto al norte como al sur de sus orillas. Este espacio está clasificado además como Zona de Especial Protección para las Aves y propuesto además como Lugar de Interés Comunitario.

En lo que respecta a los accesos se puede llegar por la autovía A-5, desde Miajadas, tomar la autovía EX-A2 y posteriormente la N-430 en dirección a Ciudad Real. Esta carretera vertebra todo el norte de esta Zona de Interés Regional, localizándose a su paso las poblaciones de Navalvillar de Pela y Casas de Don Pedro. Desde estas dos poblaciones se accede al resto de localidades que la integran: Orellana de la Sierra, Orellana la Vieja, Talarrubias y Puebla de Alcocer.

Otras formas de llegar

También se puede ir por la A-5, desde Mérida, accediendo directamente a la N-430 a la altura de Torresfreneda. Otra opción es desde Herrera del Duque, a la que se llega desde Talavera de la Reina por la N-502 o desde Ciudad Real, por la N-430.

La Sierra de Pela emerge del extremo noroeste del espacio protegido: Se trata de un conjunto de estribaciones que supera en poco los 700 metros y que mantiene esa imagen de isla mediterránea rodeada por dos mares: el del extenso llano de La Serena y el de la penillanura de la Siberia extremeña. Esta última ofrece como máximo relieve una serie continuada de lomas y vaguadas muy suaves.

Por otra parte, la orilla norte del embalse aparece arbolada y en su mayor parte adehesada, mientras que en la orilla sur predomina el hábitat de la pseudoestepa. El Guadiana embalsado ocupa la franja central y carece en su mayor parte de vegetación, pues las fluctuaciones en el nivel de las aguas lo impiden. La excepción se cumple en la cola y en las islas, donde las orillas se visten con una cobertura vegetal destacable. La presencia del ser humano en el entorno se confirma en la multitud de pinturas rupestres halladas, restos de castros prerromanos y en la villa romana de Lacimurga. Otro rasgo destacado lo configuran la multitud de fortalezas medievales, la mayoría de origen musulmán.