La televisión basura ha sido elevada a la altura de las bellas artes. La telerrealidad y sus protagonistas, esas personas que se confiesan, se humillan, se exhiben y se destruyen delante de la cámara, han quedado ahora sublimados con su entrada en la competición por el premio Turner. El fotógrafo y cineasta Phil Collins (no confundir con el músico) es uno de los cuatro creadores seleccionados en la prestigiosa competición para artistas menores de 50 años.

Collins tiene montado desde ayer en la Tate Britain un estudio al que en los próximos días pueden llamar quienes se sientan víctimas de los espectáculos televisivos de la telerrealidad. En la pared del recinto, muy similar a una simple oficina, hay un cartel escrito en español que dice: "Los realities arruinaron mi vida. ¿Ha sufrido graves trastornos después de aparecer en un reality o en un programa de testimonios? Cuéntenoslo. Queremos conocerle. www.losrealitiesarruinaronmivida. com". El propio Collins y otras tres personas trabajaran en el estudio, que está abierto en horas de oficina y funciona bajo el nombre de Shady Lane Productions. Collins aporta además una colección de documentales hechos en Turquía.