Si Alex de la Iglesia no fuera tan pesado (entiéndase, insistente), Pedro Almodóvar nunca hubiera acudido a la gala de los Goya del año pasado. El manchego apareció al final de la ceremonia. Lo hizo por sorpresa y confesó que el presidente de la Academia de Cine es pesado como él solo. "Me insistió hasta la saciedad", explicó Almodóvar, enfrentado desde hace mucho tiempo con la institución.

Este año, De la Iglesia pretende marcar otro gol en la fiesta del cine español, que se celebrará el 13 de febrero. Ha pedido a Mario Vargas Llosa que entregue el premio al mejor guión. "Me ha dicho que sí", explica emocionado el director bilbaíno. Sin embargo, hay un problema. "Los médicos --explica De la Iglesia-- no le dejan viajar demasiado". Y concluye desafiante: "Intentaré insistir a los médicos". Que le cuenten a Almodóvar cómo insiste.

Si Vargas Llosa --que sufrió una caída durante su viaje a Estocolmo, donde recibió el Nobel-- acude a la gala, la bilbainada de De la Iglesia será de aúpa.

El presidente de la Academia también quiere que Javier Bardem y Pedro Almódovar acudan a la gala, como el año pasado. Pero ahí sí que es más pesimista. "No las tengo todas conmigo. Todo esto es gratis, así que para convencerles solo tengo un morro enorme", explica.

REUNIONES ECONOMICAS Metido en una vorágine que incluye el rechazo del Parlamento a la ley que penaliza a las páginas que se lucran con las descargas ilegales, la carrera comercial de Balada triste de trompeta, y el inicio de su nueva película, el presidente de la Academia saca tiempo de donde no lo tiene para preparar la gala de los Goya.

Esta misma semana, abrochándose la corbata en el ascensor de su casa tras una jornada maratoniana, se reunió con Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid (PP). Un encuentro "jugoso" al que el presidente de la Academia acudió con la intención de que la comunidad pague parte de la factura de una gala que, además de promocionar el cine español, tiene por objetivo "vender Madrid".

Por primera vez, y gracias al empeño personal de De la Iglesia, la fiesta se celebrará en el Teatro Real, en pleno corazón de la ciudad, y no en el lejano parque ferial. La alfombra roja irá del Palacio Real al Teatro Real, y De la Iglesia quiere rodar en helicóptero el paseíllo de los invitados.