El cine español lo tiene todo listo para vivir hoy su gran fiesta anual, la de la entrega de los premios Goya, en una gala presentada -de nuevo- por Andreu Buenafuente y Sílvia Abril, y que tendrá lugar por primera vez en Málaga. La Academia del Cine entregará un total de 29 galardones: el primero, el de mejor actriz revelación; el último el de mejor película, el más apasionante, por el que competirán Mientras dure la guerra, de Alejandro Amenábar, basada en las dudas ideológicas de Miguel de Unamuno (17 nominaciones); Dolor y gloria, el drama con trasfondo autobiográfico de Pedro Almodóvar (16); La trinchera infinita, la historia de un topo desde el inicio de la guerra civil hasta el final de la dictadura dirigida por Jon Garaño, Aitor Arregi y Jose Mari Goenaga (15); Intemperie, adaptación de la novela homónima de Jesús Carrasco que ha llevado a cabo Benito Zambrano a modo de wéstern crepuscular (cinco); y Lo que arde, la milagrosa e hipnótica película sobre el fuego y el mundo rural del gallego Oliver Laxe (cuatro nominaciones).

En un principio se podría pensar que la batalla se debe librar entre dos de los titanes del cine español con más proyección internacional, Almodóvar y Amenábar, pero la película del director de Tesis se ha ido desinflando un poco, ganando en su lugar terreno en las últimas semanas La trinchera infinita, sobre todo después de ganar el Forqué, que siempre suele coincidir con el Goya a la mejor película (lo ha hecho en 13 ocasiones).

Resulta complicado vaticinar los ganadores. ¿Mejor película La trinchera infinita y mejor director Almodóvar? Podría ser un resultado ecuánime y hasta respetuoso. Recordemos la larga lista de desencuentros entre el manchego y la Academia de Cine. Ha sido nominado en 19 ocasiones y lo ha ganado tres veces: por el mejor guion de Mujeres al borde de un ataque de nervios y por la dirección de Volver y Todo sobre mi madre, ambas ganadoras también al Goya a la mejor película. En cuanto al trío vasco, acumularon diez galardones por Handia, pero no lograron la máxima distinción que recayó en La librería de Isabel Coixet.

Si el año pasado la cuota de cine de autor estuvo representada por Isaki Lacuesta y Entre dos aguas, en esta ocasión ocupa ese puesto Lo que arde, de Oliver Laxe, un bellísimo homenaje a la ruralidad gallega cuya presencia es ya todo un logro dentro del hermético engranaje que rige unos galardones poco proclives a reivindicar el cine de los márgenes, como lo demuestra la ausencia, en cualquier categoría, de audaces películas como Los días que vendrán, de Marques-Marcet.

Quizás el premio más cantado de la noche sea el de Antonio Banderas por encarnar al alter-ego de Almodóvar en Dolor y gloria después de alcanzar la Palma de Oro y las nominaciones al Globo de Oro y al Oscar. Marta Nieto (Madre), Belén Cuesta (La trinchera infinita), Greta Fernández (La hija de un ladrón) y Penélope Cruz (Dolor y gloria) se disputarán el Goya más reñido de la noche, el de mejor actriz.

El grupo de películas más arriesgadas y diferentes de esta 34ª edición de los Goya se concentra en dirección novel con propuestas tan marcianas como Ventajas de viajar en tren, la cinta de ciencia ficción El hoyo (The platform), la animación adulta de Buñuel en el laberinto de las tortugas y el realismo social de La hija de un ladrón, de Belén Funes, la única directora nominada este año.

La producción extremeña Buñuel en el laberinto de las tortugas opta a mejor película de animación, dirección novel, banda sonora y guion adaptado. Además, la productora Making Doc, que ya logró el Goya al mejor cortometraje documental en 2015 por Walls, está nominada al mejor cortometraje documental por Nuestra vida como niños refugiados en Europa, de Silvia Venegas (Santa Marta, 1982).