Los abrazos rotos sigue dandonos de qué hablar a pesar de que en España lleva ya dos meses estrenada. Porque ayer, tras su presentación en el concurso del Festival de Cannes, se convirtió automáticamente en una de las grandes favoritas para triunfar en el palmares y porque, en la rueda de prensa posterior, Pedro Almodóvar --que sabe venderse como nadie--, desveló no solo que una vez le hizo "un cunilingus a una actriz para mostrarle cómo debía interpretar una escena", sino también que Los abrazos rotos es la metáfora de un país que huye de su propio pasado pero que finalmente tiene que enfrentarse a sí mismo.

También pidió que la ley de la Memoria Histórica, "prometida por los socialistas, se aplique enteramente para evitar que ciertas heridas no puedan cicatrizar". Poco después, ante la prensa española --en un encuentro al que Penélope Cruz no acudió a causa de problemas gastrointestinales--, dijo que piensa ahondar en su investigación sobre la guerra civil española llevando al cine el libro Decidme cómo es un árbol , del poeta antifascista Marcos Ana. "Aunque no sé si será mi próxima película o no".

En Cannes quieren a Almodóvar, y Almodóvar, claro está, quiere a Cannes. "Es la gran fiesta del cine, y un escenario único para los autores", aseguró refiriéndose a un festival que en los últimos años se ha convertido para él en cita obligada. "Ojalá hubiera venido en el 2002 con Hable con ella ". También se preguntó qué habría pasado si La mala educación en el 2004, hubiera sido presente a concurso y no como película inaugural. "Ayer me encontré con Tarantino, que era presidente del jurado ese año, y me dijo: "Yo te habria dado la Palma de Oro".

¿Y este año? ¿Puede la presencia de cinco actrices en el jurado favorecer a Almodóvar, director de mujeres nato? "Las decisiones de un jurado siempre son un misterio", concluyó el manchego, que estos días se enfrenta a otro juicio igual de importante: el de la taquilla gala (la película se estrena hoy en Francia).

ELOGIOS DE LA CRITICA "Mis películas dan mucho mas dinero aquí que en ningún otro lado. Generalmente en Francia me tratan mejor que en España, aunque no lo digo a modo de queja. Supongo que es normal. Al no vivir aquí la gente tiene menos prejuicios contra mí. De momento, las críticas han sido muy buenas". Los abrazos rotos ha recibido elogios por parte de las dos revistas de cine francesas mas prestigiosas, Cahiers du Cinema y Positif , que la considera "un sutil vals cromático" y destaca que, tras verla, uno siente "un extraño sentimiento de dolor y tranquilidad, a partes iguales".