Alejandro Amenábar ya ha paseado el Oscar por toda la casa y aún no tiene claro donde lo dejará. "En las estanterías no cabe el Oscar porque resulta que es mucho más grandes de lo que parece", comentó Alejandro Amenábar, rodeado de todo el equipo artístico de Mar adentro , con la excepción de Mabel Rivera y Lola Dueñas, y con la estatuilla presidiendo el acto.

El director de Mar adentro confesó que sigue sintiéndose "como una merluza" en Hollywood. "Cuando lo dije, días atrás, no me refería tanto al paseo por la alfombra roja de los Oscar, como a los premios Spirit Award del día anterior, en los que la publicista te va paseando entre gente que te va haciendo entrevistas. Y como con la cara de los directores no se queda nadie, pues algunos parecemos eso, el besugo, el rodaballo y la merluza".

"UN MERLUZO" "En Hollywood sigo siendo el merluzo y sigo siendo también el director extranjero. El mundo del glamour y la alfombra roja no es lo que más me gusta de mi profesión", confesó Amenábar.

Todavía no quiere hablar de la próxima historia. "Sueñas con ideas pero para hablar de ellas tienes que tenerlas claras. Espero que sea una película que me apasione tanto como a los espectadores verla", explicó.

Amenábar sigue recibiendo ofertas de Hollywood, de hecho, confiesa que no lee todos los guiones, por falta de tiempo, sino sólo los resúmenes. El realizador verá como, gracias al Oscar, "Mar adentro" volverá a las carteleras americanas y nada menos que en 90 salas.

Los actores relataron cómo habían vivido la noche del Oscar desde España. Joan Dalmau vio en televisión "cómo esa chica rubia que pronunciaba perfectamente decía España". A Celso Bugallo, en cambio, tuvieron que despertarlo a las cinco y media de la mañana. Luego, volvió a dormir. Y Javier Bardem, desde su casa, también con familia y amigos, escuchó el discurso de Alejandro Amenábar al recibir el premio.