El odio causado durante los años de guerra fría ha tomado hoy las riendas del mundo y "resistir a su avance" es, en esta civilización planetaria, la fuerza decisoria "que está en manos de la gente común que vive en las barriadas", dijo el filósofo André Glucksmann, que trata este asunto en un libro.

El discurso del odio (Taurus) es el nuevo título del pensador francés (Boulogne, 1937) quien, tras provocar gran discusión con su obra anterior "Occidente contra Occidente", advierte de que en el planeta reina "un estado de odio" y que no querer verlo o mantener "una cómoda ceguera", "puede suponer el fin de la humanidad".

Cree que resistir implica "que se unan las voluntades democráticas", porque el odio es utilizado por quienes asesinan a civiles inocentes en atentados terroristas, y por los que apoyan esos actos, pero también "por quienes deciden mirar hacia otro lado". Glucksmann se pregunta "por qué misterio insondable o ingenuidad el pasajero del siglo XXI se hace el sorprendido cuando el odio toca a su puerta" y se remonta, al de por qué en 1994 Juan Pablo II guardó silencio sobre el odio genocida entre hutus y tutsis en Ruanda.