LUGAR DE NACIMIENTO BUENOS AIRES (ARGENTINA)

EDAD 44 AÑOS

DISCOS MAS DESTACADOS ´HOTEL CALAMARO´, ´NADIE SALE VIVO DE AQUI´, ´SIN DOCUMENTOS´,

´ALTA SUCIEDAD´, ´GRABACIONES ENCONTRADAS´, ´EL SALMON´

Y ´EL CANTANTE´

Hoy se publica El regreso , el disco que certifica que Andrés Calamaro, exfundador de Los Rodríguez, sigue vivo. Pudo no llegar nunca este día. El cantante argentino ha pasado los últimos cinco años aislado del mundo y se dedicó a drogarse y a grabar canciones sin parar. Ninguna de ellas ha visto la luz, pero él sí se ha dejado ver. El grupo Bersuit lo arrancó del sofá, lo animó a volver a ensayar y se convirtió en su banda de apoyo para cuatro conciertos únicos y ya históricos.

El disco, grabado en vivo en Buenos Aires, transpira el ambiente de las grandes ocasiones. Suena como el parlamento de un presidente que regresa del exilio. "El pueblo me estaba esperando", celebra. Por eso repite la escena tres noches más: San Sebastián (día 12), Barcelona (17) y Madrid (19). Antes de volar a España, declama con modestia épica: "Pido disculpas al público y a mí mismo si tardé mucho en volver".

-- El regreso es bastante más que un disco en vivo. Por la presencia de Bersuit, por su reaparición...

--Para mí también era mucho más que una actuación. Cinco años para la geología es un parpadeo, pero para esta industria pueden ser una eternidad. El público, que es el pueblo, le dio una dimensión heroica al regreso. Había chicos de mi generación llorando y público joven agradeciendo vernos de vuelta.

--¿Por qué tras 3El salmón se encerró y desapareció?

--Fue tóxico desenchufarme del resto del mundo y enchufar sólo mis aparatos, mi guitarra... Mi mente era un laboratorio químico. Me creía un científico buscando la vacuna contra la gripe del pollo y me olvidé de la vanidad, de los aplausos, de los discos. Me declaré en rebeldía total.

--Algunos experimentos los hizo consigo mismo...

--Sí, experimenté con la música y me usé a mí mismo para mis propios experimentos químicos. Sobreviví como persona. Mi salud no se resintió, pero mi espíritu probablemente sí. También es posible que haya abusado de la música, que la haya ultrajado más de la cuenta. El peligro es que tal vez haya hecho cosas que ya no pueda volver a hacer. Eso me deja como mínimo en una posición reflexiva. A veces me preocupa que haya pasado ya mi momento más inspirado, más entregado, más salvaje y más loco con la música.

--¿Se ha sentido atrapado por el exceso de inspiración?

--Por exceso de inspiración y de aspiración. Estaba literalmente atrapado por mi propia inspiración y por la experiencia psicodélica. Ahora me doy cuenta de que podía haberme bajado antes de esa burra.

--Suena un poco quijotesco

--Fui durante demasiados años un Don Quijote de las grabaciones. Escribía canciones sólo para escucharlas, para saber que las había hecho y después pasaba a otra. No sé cuántos años trabajó Don Quijote de Don Quijote, pero creo que a mí se me fue un poco la mano.

--Cuando un artista se cansa de la industria opta por la autodestrucción o retiro. Usted tomó ambos caminos.

--En el fondo uno se autodestruye para calmar el dolor de vivir. Y si hay autodestrucción, el retiro es una consecuencia. Pero esto no siempre es una batalla contra la industria. Es importante saber en qué lugar del mapa está cada uno. La industria es un contrato que uno firmó y que puede leer antes.

--¿En qué momento y por qué decide dejar ese retiro y esa huelga a la japonesa de grabar y grabar?

--Lo primero que hice fue cortar mi relación con las drogas. Me lo tomé con bastante paciencia y pensé que había tocado fondo psicológicamente. He llegado a estar tirado en un sofá pensando que nunca volvería a ser cantante. Tomé un avión y me vine a Buenos Aires.

--¿Ya había dejado las drogas?

--Sí. El cantante ya lo grabé sin tomar coca. Lo hice a las 11 de la mañana y sentado, como Camarón. Antes hubo un momento en que escuché todas las grabaciones. Fue bastante desesperante, pasé vergüenza y me reí un poco. Y a la vez tenía un repertorio de canciones importantes: para mí, las mejores. Pensaba hacer una caja de inéditos, pero tras meses de darle vueltas vi que corría riesgo de vivir en la nostalgia.