Suena La muerte y la doncella , de Schubert. Su tema central es el de una joven agonizante y sus reacciones ante la cercanía del final de su vida. La mujer que escucha el cuarteto del compositor austríaco está siendo torturada. No ve a quienes la violentan. Años después, en la transición de la dictadura a la democracia del país donde ocurrió este hecho, cree reconocer a uno de ellos, un médico que supuestamente participó en las sesiones.

"Había escuchado esa música antes de trabajar en esta obra, pero cuando la ensayábamos empecé a asociarla con la situación de mi personaje y me estremeció", afirma Luisa Martín (Madrid, 1960), que interpreta a esa mujer torturada en La muerte y la doncella , del dramaturgo chileno Ariel Dorfman.

Es la obra teatral más representadas de Hispanoamérica, de la que incluso Roman Polanski realizó una versión cinematográfica. Este fin de semana se representa en Extremadura. A la función de ayer jueves en Badajoz, se suman las de Mérida (hoy, sala Trajano, 21.00) y Cáceres (mañana, Gran Teatro, 20.30).

La muerte y la doncella remite a la dictadura de Pinochet o la de Videla en Argentina. Pero su caso es aplicable también al vivido en España durante la transición. Los torturadores, debido a la Ley de Amnistía, quedaron impunes.

"En Chile se dio una guerra sucia difícil de entender aquí", matiza Emilio Gutiérrez Caba (Valladolid, 1942), que asume el papel del médico que la mujer sospecha que la torturó.

"Dorfman sitúa su obra dos años después del golpe de Pinochet, cuando la gente era raptada por la calle y desaparecía. Aquí no hubo ese tipo de violencia; pero en el franquismo, quienes ganaron abusaron, cometieron torturas con impunidad. Y lo que le pasa a esa mujer sigue pasando hoy: en China, en Cuba... ".

EN TENSION "La obra habla de la necesidad del ser humano de vengarse", apunta Luisa Martín, quien realiza un esfuerzo físico y mental agotador en cada función.

"Es un trabajo muy duro, que me obliga a estar en tensión. Y mentalmente es muy angustioso, porque el personaje se remite constantemente a los recuerdos de cuando fue torturada, violada, y que no ha podido revisar durante años".

La muerte y la doncella reúne en un mismo espacio a la víctima, a su verdugo y al marido de aquella (el actor José Saiz), que investiga los crímenes de la dictadura, aunque no podrá desvelar los nombres de los culpables ni juzgarlos. "A mi personaje lo convirtieron en un animal y al escuchar la voz de su secuestrador se transforma de nuevo en animal", señala Luisa Martín.

No andaba al principio muy seguro Gutiérrez Caba con su atroz personaje. "Tenía mis reservas, porque es alguien complicado, con una mentalidad e ideología opuestas a mí. Pero finalmente me pareció interesante hacerlo. No es difícil entrar en una ideología como la del doctor Miranda". ¿Y cómo es ese médico? "Como una persona cualquiera con la que uno puede tropezarse en la calle. Solo que este tiene su lado oscuro".

¿Y no le afecta en escena ese papel? "Cuando uno es actor tiene claro que hace personajes y lo importante es que el público se impresione por el engaño del actor".

Para Luisa Martín, que mediante la violencia intenta arrancar una confesión de culpabilidad al médico, su trabajo se ha basado en imaginar ese lado animal en que se convirtió su personaje y "el inmenso dolor que esconde en su interior".

Ambos actores atraviesan en este momento un periodo de intenso trabajo en la televisión, el teatro y el cine. Ambos vuelven a