Anna Calvi, una de las artistas más peculiares del panorama actual, aterrizó ayer en España para ofrecer una pequeña gira en la que presentará su segundo disco, One breath , un tránsito onírico entre el sueño y la pesadilla, considerado por numerosos medios uno de los mejores discos de 2013.

"Este disco ha conectado con la gente y creo que es producto de un desarrollo natural", afirmó ayer la británica en una entrevista pocas horas antes de presentarse. One breath (PIAS) confirma las expectativas puestas en torno a ella, que con su anterior trabajo y debut discográfico, titulado sencillamente Anna Calvi (2011), consiguió una nominación al premio Mercury Prize, el más prestigioso de su país, y numerosas comparaciones por su estilo art rock con su compatriota PJ Harvey.

La incertidumbre o la "inseguridad", como dice Calvi (Twickenham, 1980), son una constante en las letras de este nuevo trabajo, un "vehículo emocional", que ella ha resumido como "el momento inmediatamente anterior a que uno se abra al mundo, de lo espantoso y emocionante que puede ser al mismo tiempo".

"Está lleno de esperanza, porque cualquier cosa que pueda pasar aún no ha pasado", añade. De eso habla el sencillo Suddenly .