Ni suicidio ni signos de violencia. La muerte de Anna Nicole Smith (foto) se debió a una sobredosis accidental de fármacos ingeridos en la habitación del Seminole Hard Rock Hotel & Casino de Hollywood (Florida), donde el 8 de febrero encontraron inconsciente a la exconejita Playboy. "Estamos convencidos de que se debió a una sobredosis accidental de medicamentos, sin que haya ningún otro elemento criminal", declaró ayer el jefe de policía de la tribu Semínola, Charlie Tiger, dando por cerrado el caso.

El forense Joshua Perper dijo que la estrella tomaba nueve medicamentos diferentes en los días previos a su muerte, incluyendo somníferos, metadona, antidepresivos, pastillas para adelgazar, para retrasar la vejez... "Anna Nicole no sufrió; se fue a dormir", añadió Perper, insistiendo en que en su habitación solo había fármacos con receta y no drogas ilegales.

En la autopsia, los forenses hallaron un absceso en su nalga izquierda, perforada por un aguja, probablemente de cuando se inyectó hormonas de crecimiento o vitamina B-12. La herida se infectó. Por eso Smith, de 39 años, se trataba con antibióticos.

Desde que la encontraron inconsciente hasta que fue enterrada en Bahamas pasó casi un mes. Tras una batalla legal, un juez decidió que debía descansar junto a su hijo Daniel, fallecido en septiembre a los 20 años por una combinación letal de metadona y antidepresivos. El caso de su muerte está cerrado, pero sigue el culebrón sobre quién es el padre de su hija.