La Navidad da felicidad a los niños y ventas milagrosas a la industria discográfica. Pero muchos melómanos temen esta época, ya que las tiendas se llenan de recopilatorios mediocres y discos de villancicos que van de lo bochornoso a lo infame. Este año no tendría por qué ser una excepción, pero se detecta cierta resistencia por parte los artistas a dejarse arrastrar por la inercia el espíritu navideño.

"Cuando la discográfica me dijo que debía grabar un disco de villancicos casi vomito en la alfombra", ha confesado Sting. Su alternativa ha sido acudir al folk tradicional inglés, rescatar historias de fantasmas y nanas misteriosas y cantar madrigales medievales. If on a winter´s night... es un disco más invernal que navideño. Se atraganta como un mazapán cuando Sting pone voz a partituras de Bach y Purcell, pero hay que reconocerle que ha esquivado el tópico.

PAZ FAMILIAR Algo similar ha hecho Bob Dylan, al insertar su bendita voz de cascajo en los villancicos más universales. Y, no contento con ello, transforma la teórica paz familiar en batalla campal en el etílico videoclip de Must be Santa. La Navidad ya nunca será lo mismo desde que Dylan ha publicado Christmas in the heart . Que nadie cante victoria. Esta campaña no está impermeabilizada contra los discos de villancicos del montón. Barry Manilow, Andrea Bocelli y Michael McDonald, entre otros, acaban de publicar el suyo. A Christmas gift for you from Phil Spector se editó en 1963 y casi medio siglo después nadie ha rozado el expansivo júbilo de aquellos villancicos, pero nuestras estrellas seguirán intentándolo cada año.

Jamie Cullum, pese a su juventud, debe haber oído muchas aberraciones. Quizá por eso ha propuesto un puñado de canciones con las que capear el temporal navideño. Su selección es impecable: villancicos, sí, pero interpretados por Sufjan Stevens, Ella Fitzgerald, James Brown y Cat Power, entre otros. El disco no existe; cada cual deberá localizar las canciones.

El recopilatorio In the Christmas groove , en cambio, sí existe. Son piezas de soul y funk grabadas en los 70 por Jimmy Reed, Milly & Silly, Jimmy Jules y Funk Machine, entre otros. Una portentosa exhibición de poderío negro que rebate el término blanca Navidad y se postula como el más recomendable de esta extraña campaña. Le sigue de cerca An awful Christmas and a lousy new year , del veterano cantante de soul Swamp Dogg, gracias a títulos como Santa es un gordo pedorrero feliz , compuesto junto a los guionistas de South Park .

En Inglaterra, la Navidad tiene otra tradición adicional: coronar la canción más vendida de esas fechas. Los cuatro últimos años han arrasado concursantes del concurso televisivo Factor X. Por eso alguien se inició una campaña en Facebook instando a comprar la canción de Rage Against The Machine Killing in the name y batir al candidato del programa.

La idea ha sido tan bien acogida que tras cinco días de reñidas ventas, la ganadora es ese tonada cuyo estribillo final dice: "que te jodan, no voy a hacer lo que tú me digas". Killing in the name, publicada en 1992, ha sumado medio millón de descargas, 50.000 más que The climb, la canción de Joe McMcElderly, que, además, es una versión de Miley Cyrus, la protagonista de Hannah Montana .

Para unos el triunfo de Rage Against The Machine es una anécdota. Para otros, confirma que mucha gente está harta de ver cómo el negocio musical exprime la Navidad.