TQtué buena está, mucha carne con tomate y papitas aliñás". Esta letra flamenca que interpreta por bulerías Luis 'El Zambo' es una muestra de la simbiosis que existe entre flamenco y gastronomía. Esa leyenda de que los flamencos no comen, es un bulo de los muchos que imperan en el reino del arte jondo. Recuerdo una entrevista con el maestro Enrique Morente, cuatro meses antes de su aciago adiós. Le pregunté qué le quedaba por conseguir en ese momento después de una vida dedicada al flamenco y tras haber recibido todo tipo de reconocimientos. Me contestó, con su habitual ingenio: "Ahora mismo, una Cruzcampo bien fresquita y unas gambas rojas de Garrucha". Otro ilustre del cante, Rancapino, me dijo que el flamenco sin pellizco era como un puchero sin sal.

Además de estas apetitosas anécdotas, no hay nada más que mirar los nombres de los cantaores para desmontar esa teoría que aleja a los flamencos de la comida. En el recetario de la nomenclatura artística encontramos desde el más rico pescado como Camarón, Salmonete, Pescaílla, La Gamba o El Cigala. Todos ellos juntos servirían para acompañar a una buena Piriñaca, apodo de la gran Tía Anica de Jerez. También suenan por soleares las legumbres y hortalizas como El Chícharo o Tomatito, que hace un gran gazpacho artístico con Pansequito o El Perejil. Incluso los moluscos cantan de maravilla una zambra como Caracol. Para los más pequeños también hay menú con el cante de El Potito. Y por supuesto, la receta de postres flamencos es variada: Chocolate, Madalena, El Torta, El Galleta de Málaga, o Canelita... Pero la cosa tiene más miga. Los nombres de los festivales también son un homenaje al mundo del yantar: el Gazpacho de Utrera, la Caracolá de Lebrija o la Garbanzá flamenca, para chuparse los dedos, que organiza por Navidad la Federación de Peñas de la provincia de Badajoz. Y para saborearlo todo no puede faltar El Cuchara.

Y los jaleos, esos ánimos que se les lanza a los artistas, también huelen a manjares como 'viva el almíbar' o el clásico 'échale papas' de ese maestro del compás de la saga de los 'Sordera' como es Manuel Soto 'El Bo'. A pesar de que muchos artistas aseguran que cada vez está más difícil comer del flamenco, queda claro que los flamencos no tienen buena boca sólo para cantar y si no que le pregunten a Talegón de Córdoba. A ver si alguna tele se anima con un MasterChef por bulerías, sería un auténtico espectáculo. Como ven el menú en el arte jondo es variado, así que disfruten este verano del rico flamenco.