Si hasta ahora había un modisto libre de la sospecha de haber buscado impacto mediático a través de la provocación, este era Antonio Miró. Pero el diseñador catalán ha acaparado más atención en sus dos últimas presentaciones por los modelos elegidos para lucir sus colecciones que por la originalidad de las prendas. Miró puso a desfilar ayer con sus propuestas para la próxima temporada otoño-invierno en el Museo Marítimo de Barcelona a ocho inmigrantes senegaleses sin papeles y sentó en primera fila a otro africano que no necesita carnet para entrar en ningún club, Samuel Etoo.

El diseñador, que ya abonó la polémica en julio del 2006 cuando usó a reclusos para su desfile en la cárcel Modelo, aseguró que los había empleado para denunciar la marginación que viven los sin papeles . "No les puedo dar papeles, pero les puedo hacer desfilar", declaró Miró.

"CON LAS CAUSAS SOCIALES" El modisto contactó con los inmigrantes a través de la Asociación de Residentes Senegaleses en Cataluña. Allí, los aspirantes a modelos superaron un casting , las pruebas de vestuario y las lecciones de pasarela. "Me da muy buen rollo trabajar con las causas sociales", dijo tras el desfile, el más concurrido de la tercera edición de la Pasarela Barcelona.

Los modelos accidentales desfilaron junto a profesionales sorteando un cayuco real. En primera fila, el barcelonista Eto´o siguió con interés la colección. Tras el desfile, surgió la polémica. SOS Racismo se manifestó a favor de la iniciativa. "La moda es una forma de expresión, y está bien que no solo seamos las oenegés las que denunciamos situaciones como las que viven los inmigrantes", destacó un portavoz. Otra asociación de senegaleses, la de Baleares, criticó el desfile. El presidente de la asociación, Abdulaye Konate, subrayó que "donde hay cayucos no puede haber fiesta ni risas". Un portavoz de Miró explicó que el desfile de ayer y el de la cárcel "no son actos banales". "Tras el de la Modelo hemos seguido colaborando con los presos".