Más que un formato o una moda, la novela gráfica es un nuevo canal de transmisión de mensajes a través del lenguaje del cómic que ha venido para quedarse --afirma Zapico, último premio nacional por Dublinés, su biografía de Joyce--. Ha sacado este lenguaje adulto de los guetos de autores y aficionados al medio para entregárselo a todo aquel susceptible de leer, discernir, informarse y reflexionar a través de él. Ha convertido a los autores en los referentes de su propio trabajo, estilo y forma de ver la vida. Nos ha acercado al lector, que puede elegir entre muchos estilos.