Con el título genérico de Eros , tres cineastas de tan distinta trayectoria y sensibilidad como el chino Won Kar-wai, el italiano Michelangelo Antonioni y el estadounidense Steven Soderbergh dieron ayer en la Mostra de Venecia su personal visión del universo erótico en episodios de media hora.

La película comienza con el trabajo de Won, La mano , una solapada relación amorosa entre una prostituta de lujo y un aprendiz de sastre. Un episodio delicioso, dominado por la sugerencia. Soderbergh sitúa la acción de Equilibrium en los años 50, en Nueva York, y nos presenta a un atribulado publicista que tiene unas ensoñaciones eróticas con una misteriosa mujer, que podría ser su propia esposa. Antonioni se decanta en El peligroso hilo de las cosas por las disputas de una pareja en crisis, pero tanto el planteamiento como la resolución tienen un sabor rancio.

SAN MARCOS La plaza de San Marco de Venecia se convirtió ayer tarde en una insólita sala de cine. Unas 5.000 personas siguieron el estreno mundial de la película de animación Shark tale (Cuento de tiburón), en la que Robert de Niro se estrena como doblador.

Por otra parte, el realizador portugués Manoel de Oliveira, de 95 años, recibió ayer el León de Oro honorífico, al tiempo que presentaba su última película, O Quinto Imperio .

Las últimas películas proyectadas en la competición no fueron de alto nivel. Sólo se salvó Café Lumi¨re , de Hou Hsiao-hsien, un homenaje que el cineasta chino hace al maestro japonés Yasujiro Ozu. Poco hay que decir de los dos filmes restantes. El intruso , de la francesa Claire Denis, es una historia poco comprensible de un hombre maduro que se trasplanta el corazón, mientras que la coreana A caballo del tigre , de Im Kwon-taek, mezcla sin brío narrativo trifulcas políticas con luchas entre bandas.

Esta tarde se conocerán los premios.