Muchos son los secretos que el teatro romano de Medellín guarda en sus entrañas y sorprendentes los hallazgos que las excavaciones arqueológicas promovidas por la Consejería de Cultura están sacando a la luz mientras dan forma a la milenaria edificación. El último hallazgo son las primeras filas del graderío de la zona superior. Están en tan buen estado de conservación que hasta los técnicos que trabajan en el yacimiento se muestran sorprendidos. El descubrimiento fue dado a conocer ayer con la visita de la directora general de Patrimonio Cultural, Esperanza Díaz, a esta zona en la que se empezó a trabajar a principio de año.

A la vista están la primera y segunda gradas --de esta última hay 20 metros visibles-- aunque tienen localizadas hasta la octava grada en algunos puntos, reconoció ayer María Martín, una de las arqueólogas encargadas de estos trabajos junto con su colega Ana Belén Olmedo. "También hemos documentado 5 escaleras de acceso a las gradas", puntualiza. Hasta el momento, el graderío descubierto está intacto en su mayor parte, salvo los laterales que presentan un mayor deterioro. "La zona más machacada son los extremos porque es donde hubo mayor intervención en época islámica de material granítico para reutilizarlo en sus construcciones".

Precisamente estos asentamientos datados en el siglo XIII son uno de los motivos del buen estado de conservación en el que se están encontrando el teatro, gracias también al derrumbe de la ladera y el teatro sobre sí mismo. La razón --explican las arqueólogas-- es que los almohades se adaptaron a la estructura del graderío y aunque construyeron muros, ni destruyeron ni arrasaron para vivir.

Estos hallazgos permiten determinar que el teatro tendría un formato clásico semicircular con gradas a diferentes alturas (imea, media y suma) separadas horizontalmente por pasillos perimetrales (praecintios) y transversalmente de forma radial por las cunei.

Los trabajos en la excavación se encuentran en dos momentos clave, el de construcción del teatro y el de su posterior ocupación. Por este motivo las labores se centran primero en documentar el asentamiento del siglo XIII que inmediatamente después es levantado para continuar con la excavación. "Según vamos levantando y excavando habitaciones y desmontando muros van saliendo las gradas", indica Martín.