El arquitecto, urbanista y teórico japonés Arata Isozaki, de 87 años, fue galardonado ayer con el Premio Pritzker 2019 por una obra «que supera el marco de la arquitectura para plantear cuestiones que trascienden eras y fronteras», según el fallo del jurado del galardón, considerado el Nobel de la Arquitectura, y que fue anunciado ayer en Chicago (Estados Unidos). Isozaki es el arquitecto del emblemático Palau Sant Jordi, en la que fue su primera intervención en Barcelona. Posteriormente fue responsable de la plaza de acceso y recepción de la actual sede de CaixaForum también de la Ciudad Condal. En La Coruña lleva su firma el museo interactivo Domus.

Cuando Arata Isozaki solo tenía 12 años, las bombas atómicas cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki, ciudades cercanas a su Oita natal. El vacío que dejaron a su alrededor le hizo plantearse cómo reconstruir los hogares y las ciudades y de ahí surgió el arquitecto que ha ganado el Premio Pritzkerm para quien los edificios son temporales y que mientras existen deben complacer los sentidos de los usuarios.

«Cuando fui lo bastante mayor para comenzar a entender el mundo mi ciudad natal estaba destruida. En la orilla de enfrente la bomba atómica había caído sobre Hiroshima, así que crecí en la zona cero», dijo el arquitecto en el comunicado de la Fundación Hyatt en el que se anuncia el Pritzker.

«Estaba completamente en ruinas -recordó-, no había arquitectura ni edificios, ni siquiera una ciudad. Solo me rodeaban barracas y refugios». Por eso, su primer acercamiento a la arquitectura «fue el vacío de la arquitectura». Y eso le hizo plantearse «cómo la gente podría reconstruir sus hogares y sus ciudades».

A esa labor dedicó sus primeros esfuerzos como arquitecto y empezó a destacar durante la reconstrucción de Japón tras la segunda guerra mundial. Estudió arquitectura en la Universidad de Tokio y comenzó su carrera junto a Kenzo Tange (Pritzker en 1987), aunque pronto fundó su propio estudio, Arata Isozaki & Associates, en 1963.

«Para encontrar la forma más adecuada para resolver los problemas, no podía centrarme en un solo estilo. El cambio era la constante. Paradójicamente, eso se convirtió en mi estilo», recuerda el arquitecto. «Trataba de encontrar oportunidades a través de las cuales me cuestionaba, ¿qué es la arquitectura?», recuerda Isozaki. Esa ha sido la pregunta a la que ha buscado dar respuesta en sus numerosos libros teóricos pero también a través de una amplia variedad de edificios, con una mezcla de estilos que se adelantó a su tiempo.

OBRAS DESTACADAS /El Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (EEUU), realizado entre 1981 y 1986, el Palau San Jordi de Barcelona (1990), la sede de Disney en Florida (1990), el Centro Cultural de Shenzhen (China, 2007), el Pala Alpitout (estadio de hockey sobre hielo) de Turín (Italia, 2006), la Torre Allianza en Milán (Italia), el Centro de Convenciones de Qatar (2011), o el Museo del Arte de Kitakyushu (Japón, 1974) son algunas de sus obras mas destacadas.