La XVI edición de Arco, que se clausuró ayer, ratificó los planes con los que llegó a la dirección de esta muestra la donostiarra Lourdes Fernández, que busca un mayor protagonismo de los profesionales --artistas, galeristas, marchantes y coleccionistas-- frente a la avalancha de público generalmente inexperto y poco inversor en obras de arte en que se había convertido en ediciones pasadas.

La ampliación en un día de la visita de profesionales, favoreciendo el contacto comercial entre galerias y compradores, está detrás del aumento en un 15% de las ventas realizadas y en un 20% de la asistencia de expertos. Aunque estas cifras son provisionales, se calcula en unos 190.000 personas el número total de visitantes, una cifra similar a la de otros años.

La directora de Arco dio por acabada la "transición" al conseguirse los objetivos que se marcó: mayor profesionalización y despertar el entusiasmo del coleccionismo local. El año que viene se dará un nuevo impulso al proyecto con el traslado a dos nuevos pabellones con un espacio físico en dos niveles.

El éxito de Corea, primer país asiático invitado, se aprecia en la venta del 70% de la obra expuesta por las galerías de aquel país y en opciones de compra sobre el 30% restante. En el 2008 el invitado será Brasil, un país en el que "no solo hay fútbol y samba", según el coordinador de ese país en Arco, Erlon José Paschoal. "No queremos ser una potencia militar, sino de alegría y paz", añadió. Serán en torno a un centenar los artistas representados, a través de las galerías y las exposiciones que seleccionen y organicen los comisarios, Moacir dos Anjos y Paulo Sergio.