Cuando en 1996 George Michael grabó la canción Jesus to a child, dedicada a su amante brasileño Anselmo Fellepa, fallecido tres años antes, solo los más allegados conocían la orientación sexual de un artista que en vídeos como el de I want your sex explotaba su imagen de regalo de Dios para las mujeres. La conmoción llegó en 1998, cuando el cantante fue arrestado por un policía al que había propuesto mantener una relación sexual en un baño público. George Michael supo aprovechar el escándalo en su beneficio. Reconoció su homosexualidad y se convirtió en un símbolo de visibilidad para una comunidad que vivía acosada y estigmatizada por el azote del sida.