En el contexto internacional, el arte español está peor difundido que el francés, afirma María de Corral, responsable, junto a su hija Lorena, de la muestra de la Colección de Premios de Artes Plásticas Altadis, que se convocó entre el 2000 y el 2007.

La exposición de más de cuarenta trabajos reúne todas las obras premiadas en distintos formatos (pinturas, fotografías, vídeos, esculturas o instalaciones). En el MEIAC de Badajoz podrá visitarse hasta mediados de enero, dentro de un recorrido itinerante por distintas comunidades autónomas vinculadas a la industria del tabaco y relacionadas históricamente con la presencia de la compañía.

Esta es la primera vez que se exhiben juntas públicamente todas las obras, que hasta ahora se encontraban depositadas en las sedes que la empresa tiene en Madrid y París. Este hecho marcó las características del premio, ya que se distinguían anualmente tres obras de artistas españoles y otras tres de artistas franceses. Pero las derivas comerciales de la compañía marcaron el final del certamen. "Ya no tenía sentido", señala De Corral, cuando Imperial Tobacco Group compró Altadis y mudó la sede de París a Londres.

EL CENTRO REINA SOFIA María de Corral habla diplomáticamente (o cautamente: elude mencionar a algunos de sus artistas preferidos que están incluidos en la exposición, se muestra comprensiva con los premios --los grandes y los medianos-- que se extienden interminablemente a lo largo de España). Es una de las principales expertas en arte contemporáneo de España. Dirigió la muestra de arte de la Fundación la Caixa (1981-1991) y el Centro de Arte Reina Sofía (1991-1994). Ha comisariado exposiciones internacionales y codirigió la edición número 51 de la Bienal de Venecia.

Durante siete años, De Corral se aplicó en la tarea de selección como jurado del premio junto al resto de sus compañeros (un 50% español y otro 50% francés) y de la de difusión internacional que da prestigio a un galardón, a diferencia de otros, de ámbito más reducido (al país o a una región del país, o incluso a una localidad de la región).

Sirvió, explica, para dar a conocer en ambas naciones (Francia y España) a artistas de obra incipiente y valiosa, que "refleja lo mejor que se estaba haciendo en cada país, lo más representativo, y era importante para la difusión de los creadores. Aún hoy se ve que el conjunto es potente y significativo. Y los seleccionados han tenido continuación en sus trayectorias".

LA NOMINA Los artistas presentes en la muestra son Pilar Albarracín, Lara Almarcegui, Ryuta Amae, Ibon Aranberri, Manu Arregui, Eric Aupol, Valérie Belin, Christophe Berdaguer y Marie Péjus, Elena Blasco, Bleda y Rosa, Helena Cabello y Ana Carceller, y François Curlet.

También están presentes en la muestra Denis Darzacq, Stephen Dean, Florentino Díaz, Sophie Dubosc, Jon Mikel Euba, Laurent Grasso, Adriá Juliá, Alexandre y Florentine Lamarche-Ovize, Miki Leal, Guillaume Leblon, Olivier Leroi, Juan López, Cristina Lucas, Mateo Maté, Corinne Mercadier, Felicidad Moreno, Petra Mrzyk y Jean-François Moriceau, Manu Muniategiandikoetxea, Mabel Palacin, Bruno Perramant, Sergio Prego, Hugues Reip, Jordi Ribes, Fabien Rigobert, Bruno Serralongue, Agnès Thurnauer Laura Torrado, Juan Ugalde y Gabrielle Wambaugh.

En la selección de obras hay una única presencia extremeña, la de Florentino Díaz, el artista de Fresnedoso de Ibor que vive en Madrid. Su obra reconocible en los últimos años está orientada hacia la escultura, en la forma de construcciones metálicas que remiten al mobiliario de las casas (objetos como sillas o mesas) que el artista cuelga de las paredes como cuadros tridimensionales. El fue uno de los elegidos en la segunda convocatoria del premio, un año después de ganar el Extremadura a la Creación Artística, y su obra forma parte de los fondos del MEIAC, donde ha expuesto en una muestra individual y otra colectiva.

CRISIS ECONOMICA María del Corral duda sobre los efectos de la crisis económica en los premios de arte en España. "No sé, creo que en general se siguen dando. Los que existen continúan convocándose. Pero no sé cuántos". ¿Y no cree que hay demasiados premios? "Bueno, depende. Los premios siempre están bien. Cada uno es necesario, según su escala: para los artistas y para la creación artística".

No cree que los premios definan parte de los rumbos del arte actual. "Tanto como definir, no. Ayudar, sí. Se compran obras, se organizan exposiciones, se editan catálogos, que son importantes para los artistas. Un premio es una representación de lo que se produce, no una definición". Además, añade, "se premia según los jurados que se seleccionen. Y así salen unas cosas u otras. Pero cuanto mayor es la proyección internacional de las convocatorias, mejor".

Corral subraya el alcance del certamen de Altadis al no limitarse a una única disciplina, pero frente al entusiasmo que exhiben algunos artistas y críticos con la irrupción de internet en el ecosistema del arte contemporáneo, vuelve a mostrarse cauta. Lo valora como un instrumento de difusión más que de creación.

"Es algo que aún está en ciernes", afirma. "Me interesa más la realidad", añade. La realidad palpable del vídeo o del cine. "El arte en internet está por hacer". Pero alerta sobre el uso del medio como un fin en sí mismo. Para ella, es una herramienta más, de la que, aún así, "hay obra interesante".