El arte chino pisa fuerte. Y el mercado del arte en el gigante asiático, también. En volumen de venta en subasta, China sigue liderando la clasificación por delante de Estados Unidos. Y sus artistas se sitúan entre los primeros puestos del podio de los más cotizados. Cuatro creadores del país figuran entre los 10 autores contemporáneos que más recaudaron el año pasado. Y Screens of lndscapes, de Qi Baishi, fue la segunda obra mejor pagada tras el Salvator Mundi de Leonardo Da Vinci. Así, una gran exposición sobre el arte más actual del país se antoja más que necesaria.

«Existe la necesidad de crear y escribir puntos de vista alternativos. De proponer una nueva historia del arte global apartándonos del eurocentrismo». Y esto es lo que pretende la historiadora Alexandra Munroe comisariando Arte y China después de 1989: El teatro del mundo. Algo que no debería verse como una muestra de arte chino sino de arte contemporáneo realizada por artistas del país asiático que no es lo mismo.

La exposición abre puertas desde hoy hasta el 23 de septiembre, en el museo Guggenheim de Bilbao y reúne la obra de 60 creadores del periodo más transformador de la historia reciente de China: entre 1989, año de las protestas de Tiananmén, y el 2008, fecha de los Juegos Olímpicos de Pekín. Y también del mundo. Pues durante estas dos décadas cayó el muro de Berlín, acabó la guerra fría, empezó la globalización, China se convirtió en la segunda potencia mundial y apareció la recesión. Ahí es nada.

Un periodo tumultuoso, transformador, además de radical artísticamente hablando: las piezas que se exhiben son provocadoras, quizá demasiado. Tanto, que en Nueva York tres obras fueron retiradas antes de la inauguración por la presión de los defensores de los derechos de los animales. De momento en Bilbao no ha habido problemas. Y dos de las tres obras retiradas en Manhattan, sí lucen en la riba del Nervión. «Puedo desmentir categóricamente que en el museo haya alguna obra que implique maltrato animal». Palabra de Juan Ignacio Vidarte, director del centro vizcaíno. «En Nueva York hubo desinformación por parte de los activistas que creyeron que se iban a presentar en vivo. Y desinterés por saber cuándo y cómo fueron realizadas». Palabra de Munroe.

Las obras se crearon hace ya años y durante «un periodo radical, visceral y experimental del arte chino». Una de ellas, El teatro del mundo, de Huang Yong Ping, es la que da título a la muestra. Se trata de una jaula de madera en la que reptiles e insectos conviven. O mejor, en la que los primeros se comen a los segundos. La pieza está inspirada en la cosmología y la magia taoístas, las teorías de Foucault sobre la modernidad como prisión y los debates sobre los males de la globalización, y es una metáfora viviente de la naturaleza moderna del caos. Pero los animalistas neoyorquinos no lo entendieron así, y la jaula se mostró vacía. .

120 piezas / Su creador es uno de los artistas chinos más radicales, en 1989 propuso un dispositivo para volar la National Gallery de Pekín y, en 1987, ejecutó La historia de la pintura china y Breve historia de la pintura moderna lavadas en una lavadora durante dos minutos. «Una obra comparable a La Fuente de Duchamp», según la comisaria y que muestra exactamente el resultado de lo que anuncia el título. Ambas están presentes en la exposición. Como lo está A Case Study of Transference, de Xu Bing, el vídeo de una performance en la que dos cerdos, uno pintado con letras latinas y otro con caracteres chinos se aparean como alegoría de un encuentro sin sentido entre Oriente y Occidente. No se expuso en Nueva York, los animalistas no vieron tal alegoría.

El resto son obras igual de provocadoras y mantienen las prácticas conceptuales como eje. 120 piezas que invitan a reflexionar sobre la historia reciente a través de la óptica de los artistas contemporáneos chinos «que con sus provocaciones aspiran a forjar una realidad libre de ideología, a reforzar el papel del individuo frente al colectivo y a definir la experiencia contemporánea en China según una perspectiva universal», concluye Munroe.