¿Cuántas veces una canción recuerda a otra? Innumerables. Cuando el parecido es escandaloso se le llama plagio, que es la apropiación indebida de la obra de alguien para hacerla pasar como propia. Existen alguna especificación técnica sobre los compases idénticos necesarios para que una obra sea legalmente considerada plagio, pero el número varía de un país a otro. Al final, es un juez quien decide si esa línea se ha cruzado.

Un magistrado tendrá que dilucidar ahora si lo ha hecho Mikel Erentxun con la canción Uno más uno son siete , de la serie televisiva Los Serrano , interpretada por Fran Perea y firmada por Erentxun (en realidad, es una pieza suya, Grandes éxitos , con la letra cambiada). Porque la demanda interpuesta en abril en un juzgado madrileño contra las personas y compañías inscritas en la SGAE como propietarias de esa canción --que son Erentxun y otros cinco-- ha sido aceptada a trámite. En ella, Ian Broudie, líder de Lightning Seeds, denuncia que Pure , que la banda británica de pop publicó en 1986, se plagia en Uno más uno son siete . Ambas partes celebraron un acto de conciliación hace un año. No hubo acuerdo.

Lo cierto es que si Elliott Murphy también le quisiera buscar las cosquillas a Erentxun lo tiene tan a tiro de piedra como Broudie, debido al notorio parecido entre La respuesta está en el tiempo del vasco y Last of the rock stars del estadounidense. Tan notorio como el que hay entre otra canción de Mikel, Loco de atar , y Love vigilantes de New Order. ¿Entrará a formar parte la mitad de Duncan Dhu del club en el que están George Harrison, The Rolling Stones, ZZ Top, Led Zeppelin, Garth Brooks, Michael Jackson, Rod Stewart, Oasis o Michael Bolton, todos con condenas por plagios demostrados?

Para que esa lista crezca, un juez sólo tendría que decir que los Franz Ferdinand de Take me out han de dar algo más que las gracias al Ringo Starr de Back of boogaloo , pieza que el batería del grupo más famoso de Liverpool publicó en 1972. Algo que el polémico Pete Doherty, exnovio de Kate Moss, lleva medio año pidiendo desde los medios británicos con declaraciones irónicas.

No parece probable que Doherty conozca la discografía de Hombres G. Si así fuera, tal vez reclamaría que los madrileños pagaran su deuda con los Beach Boys de Don´t worry baby por el homenaje no declarado que les rinden en Dejad que las niñas se acerquen a mí . O que hicieran lo propio con los Simon & Garfunkel de At the zoo , antecedente de Marta tiene un marcapasos .

Quien no sepa como matar el tiempo, puede dedicar unos minutos a comparar la letra de Lisa y Fran del grupo Revólver con la de Locura de amor de Antonio Orozco, calco tan flagrante, el de Orozco, como el de Manolo Tena en Qué te pasa con All that heaven will allow de Bruce Springsteen. Otro parecido muy razonable: la Macarena de Los del Río y Tengo una pena , que Desmadre 75 publicaron casi 20 años antes.

El caso de plagio más sonado en la historia es el de My sweet lord , de George Harrison. Justo después de separarse los Beatles, tuvo con esta canción su mayor éxito. El problema es que Bright Tunes Music presentó una demanda alegando que My sweet lord era un plagio de The Chiffons llamado He´s so fine . La similitud es tan evidente que Harrison perdió la millonaria demanda, aún cuando, a juicio de muchos, su canción era superior.

Dos casos opuestos

Para terminar, dos ejemplos opuestos de cómo reaccionar ante estas situaciones. El primero afecta al grupo Planets, que incluyó en un disco una canción que consistía en 60 segundos de silencio y fue demandado por los herederos de John Cage, que años antes había publicado una pieza de más de 200 segundos de silencio. Los Planets se lo tomaron a cachondeo --alegaron que su silencio era mejor porque habían conseguido decir lo mismo en menos tiempo--, pero finalmente aceptaron, en un acuerdo extrajudicial, pagar una indemnización.

Segundo ejemplo. John Lennon al habla el año de su muerte: "Creo que Jagger tomó mi canción 3Bless you y la convirtió en 3Miss you . En la grabación, el ingeniero decía que podía ser un éxito si la tocaba más rápido. Tenía razón, pues 3Miss you fue un gran éxito. Prefiero la grabación de los Rolling. Que tenga el mismo acorde es irrelevante. La música pertenece a todo el mundo. Sólo los editores creen que pueden poseerla".