La idea se le ocurrió a Dami cuando le explicaron que los sordos son perfectamente capaces de percibir la música a través de las vibraciones. Pensó que, visto así, lo único que faltaba era que alguien les fuera explicando el significado de las letras de sus canciones. Allí es donde entró en juego Merche, una joven intérprete de la lengua de sordos, que, después de años de formación en Barcelona, acababa de regresar a su Lleida natal.

Dami Sans y Merche Chacón son los responsables, junto a los jóvenes músicos Jonathan Galeano, Raimon Mol , Albert Bresco, Jordi Fo y Josep Maria Marru, de que la gente que sufre problemas de audición tenga la oportunidad de bailar una rumba leridana, una cumbia o unos garrotines. La combinación de lenguaje gestual, música y letras hace que los conciertos del grupo Ambapar sean un espectáculo. A los movimientos de manos de Merche, que va explicando los argumentos e historias de las canciones, se unen pies, caderas y cabezas del resto de componentes del grupo. Ellos marcan el ritmo.

"Además, como los estribillos son bastante repetitivos, llega un momento en que el público no sordo acaba copiando los movimientos de Merche y termina por aprenderse algún signo y su significado", explica Dami , promotor del proyecto y autor de letras y músicas. La misión de la intérprete consiste en "exagerar cada gesto, como si fuera una coreografía", dice Sans. De esta forma, público y músicos entablan una comunicación "muy festiva, cercana y divertida, entre otras cosas, porque las letras de las canciones hablan de asuntos muy cotidianos y lo único que buscan es arrancar una sonrisa a quien las escucha", señala el autor de la obra.

Mientras otros deciden si aceptar el reto, Ambapar inicia el próximo día 26 una ronda de conciertos en Lleida en los que podrán hacer llegar a las personas sordas toda su música.