El pintor Miquel Barceló opina que la "piel cerámica" que creó a golpes y puñetazos para la capilla del Santísimo de la catedral de Palma, en la que ha recreado el milagro de los panes y los peces, "liga perfectamente" con su obra y se mostró convencido de que tendrá "sentido también dentro de la seo".

Barceló explicó que tiene "curiosidad" por ver cómo se interpretará su retablo cerámico, que los Reyes inaugurarán mañana, en relación a toda su obra, y recalcó que no ser creyente "nunca fue un problema" para la ejecución de esta pieza, a la que ha dedicado siete años.

La capilla alberga la tumba del obispo Teodor Ubeda, quien impulsó esta intervención de Barceló en la catedral de Mallorca. El obispo, relató el artista, "dejó dicho" que quería "ser enterrado en la capilla", "un poco" para "proteger la obra", que es "una lástima" que no viera acabada.

PREPARATIVOS Esta creación llevó a Barceló "dos o tres años de preparativos", en los que hizo "cientos de pruebas" hasta que le pareció "que había conseguido la técnica adecuada" para su ejecución.

Se trata de una "obra técnicamente muy compleja", que "recubre casi completamente una capilla de 300 metros cuadrados y está realizada en Nápoles", contó el pintor.

La cerámica corresponde a un único pedazo y funciona como un "puzzle" que se ha instalado en la pared a partir de las grietas naturales que se abrieron y sobre las que, además de sus palmas, están las de sus hijos pequeños.

Este retablo cerámico ha sido "una obra físicamente muy intensa, muy pesada de hacer".

Barceló indicó que ve el retablo como "una obra pictórica", resultado de "una manera de pintar", en la que ha utilizado el material cerámico "como una especie de fresco nuevo".

El artista admitió que le "preocupaba" que el retablo "no quedara como una cosa desligada de la totalidad", sino que encajara "con naturalidad" en la seo. Las dimensiones iniciales del retablo eran "bastante humanas", pero después empezó a crecer hasta alcanzar "casi 14 metros de altura", precisó Barceló.

"Con la Iglesia hemos topado", confesó Barceló que le advertían sus amigos para avisarle de los problemas que podría tener con el clero que, en contra de esta tesis, le dio "gran libertad" para desplegar su creatividad, aseguró.

El retablo cerámico "es una obra coral", en la que han intervenido "casi todos los estamentos" de la isla, que "tiene fama de conservadora", recalcó el pintor.

El artista aseguró que "nunca", en contra de lo que se ha llegado a decir, tuvo que modificar nada de su proyecto, para el que creó también cinco vitrales, en los que con los dedos hizo las formas de raíces, una espina, las ramas de un árbol y ondas.

Barceló percibió desde el primer momento el tema del milagro de los panes y los peces como "propio de su mundo personal".