Julia Roberts estuvo a punto de ser atropellada por Javier Bardem, que tiene un Oscar pero no el carnet de conducir. Ambos estaban en Bali, en el rodaje de Come, reza, ama . Ella iba en bicileta y él, al volante de un cuatro por cuatro. Al final, hubo suerte y no pasó nada. Pero la cosa estuvo a punto de acabar mal, según reconoció ayer en tono de broma la actriz de la sonrisa perfecta. Roberts lució dentadura al recibir el premio Donostia del Festival de San Sebastián, donde presentó fuera de concurso Come, reza, ama . "Estoy nerviosa y emocionada", anunció. "Y encantada, añadió, de que Javier Bardem sea quien me lo entregue". A sus 43 años, es una de las actrices más jóvenes en recibir un prestigioso galardón que ya tienen Meryl Streep (2008), Isabelle Huppert (2003) y Bette Davis (1989).

Hay química entre Roberts y Bardem. Durante su comparecencia, la protagonista de la inmortal Pretty Woman salvó a su compañero de reparto de una situación inocente pero incómoda a propósito de una pregunta sobre el bebé que espera con Penélope Cruz. "¿Va a cambiar su vida profesional dada la nueva situación que tiene ahora?", inquirió al actor una reportera que se saltó la seria advertencia con la que empezó la conferencia de prensa: No se admiten preguntas personales. Silencio tras la pregunta. Tensión en la abarrotada sala. "Cuidado", soltó Roberts en castellano con ritmo muy lento mientras sonreía a los periodistas y tocaba el brazo de Bardem, que cerró la boca como si la cosa no fuera con él.

El asunto se zanjó con un aplauso a la ocurrencia de Roberts. Bardem no se ha ganado muchos amigos tras negarse a mantener entrevistas con la prensa escrita en San Sebastián. Solo accedió (los actores están obligados por contrato a promocionar sus películas) a charlar minutos con algunas teles.

TAN GUAPA COMO BUENA Bardem también la piropeó. Roberts es una mujer que tiene tanto de bella como de profesional, aseguró. "Es divertida, trabaja muy duro y no tiene miedo a arriesgar. Eso, en el mundo de la interpretación, es un lujo", subrayó. El piropo le fue devuelto con creces. A juicio de ella, él es un ser intenso y poderoso a pesar de que en Come, reza, ama da vida a un hombre sensible que no tiene miedo a mostrar sus emociones.

En la cinta, que se estrena este viernes, interpreta a una mujer que lo tiene todo pero decide emprender un viaje físico y emocional para encontrarse a sí misma y, de paso, a un brasileño con ganas de amar y ser amado (Bardem). No habló de su cacareada conversión al hinduismo a raíz del supuestamente espiritual filme, pero sí de algo que le inquieta: la falta de humanidad.

No sabemos si su paternidad afectará a su agenda laboral. Lo que sí sabemos es que el siguiente proyecto de Bardem (que en breve estrenará Biutiful , por la que fue premiado en Cannes) tiene un nombre propio: Terrence Malick (La delgada línea roja ). "Es un privilegio rodar con él. Es un poeta, un humanista. Y sobre la película no puedo contar más porque apenas sé de qué va".