Edad: 42 años.

Nacida: En Madrid.

Proyección: A por el Oscar. La actriz deslumbra como protagonista de `El Orfanato´ y espera la respuesta del público.

Por su carga emocional, El orfanato despierta ovaciones, pero la de ayer en Sitges fue especial. Juan Antonio Bayona estrenaba su primera película en su País del Nunca Jamás , en ese lugar frente al mar donde el tiempo queda retenido por pasiones vividas ante una pantalla. A su lado, Belén Rueda, la Wendy que le ha acompañado en este viaje, apenas podía contener las lágrimas. Esta actriz veraz, que salto a la fama con la serie Periodistas , debutó en el cine con Mar adentro .

--Sus personajes cinematográficos coinciden en el sufrimiento. A Laura, la madre que busca desesperadamente a su hijo en ´El orfanato´, y a Julia, la mujer que en ´Mar adentro´ debe afrontar una enfermedad grave, les une una agonía tremenda.

--Su tormento no fue lo que me atrajo, sino la manera en cómo se cuenta el proceso de cómo han llegado hasta ahí. Me gustan los guiones que tengan un por qué.

--Lo que le sucede a Laura sobrepasa el delirio y la locura.

--La vida te lleva a lugares que no puedes prever. Cuando te ocurre una desgracia hay momentos en los que no quieres hablar, pero hay otros en los que te libera. Antes del rodaje, me entrevisté con un matrimonio cuya hija lleva desaparecida nueve años. Ella seguía llorando. Afrontarlo es atroz. Tener esperanza es seguir insistiendo sobre algo que a lo mejor no va a llegar nunca.

--Debe ser muy duro dar vida a una madre que pierde a su niño, cuando usted atravesó la misma situación tras el fallecimiento de su hija.

--No sé si me hubiera entregado de la misma manera. Quizás sí, esa es la esencia del actor. Lo importante es entender las emociones.

--Laura se inspira en Wendy, cuando se despide de Peter Pan.

--Porque quiere volver a un pasado, al que es imposible regresar. Bayona, el primer día de rodaje, me regaló una Wendy.

--De nuevo una película seleccionada por la Academia para el Oscar.

--Creí en esta ópera prima, pero nunca me planteé que pudiera llegar donde ha llegado. Desde Cannes, todo es apoteósico. Aunque el examen final es la respuesta del público, y eso no lo sabremos hasta el día 11.

--¿De dónde ha salido esta actriz? La misma pregunta se escuchaba una y otra vez en los festivales de Toronto, Nueva York y Cannes.

--El personaje es un caramelo. Un regalo. Te permite mostrar las múltiples caras de una mujer que llega a una situación límite.

--¿Qué fue lo más difícil?

--Mostrar desde el principio que es una mujer normal. Eso sí, siempre con mucha fuerza y perseverancia. Lo que más me preocupaba era el momento en el que el dolor alcanza ese punto tan dramático. Hacer creíble esa obsesión que se apodera de la protagonista. Ahí viene lo más interesante. Sus virtudes, esa tenacidad y ese arranque, se convierten en su peor enemigo.

--¿Cuántas propuestas ha recibido de agentes internacionales?

--Sí, me han telefoneado. Pero todo el mundo llama con muchas prisas. Es increible la forma de trabajar que tienen los norteamericanos. Depende de cómo tengas planteada tu vida coges el petate y te vas, o no. De momento, no puedo. Me aguarda otra película en abril. Me hace muchísima ilusión trabajar en la ópera prima de Oscar Santosg, que produce Alejandro Amenábar, y eso te da mucha seguridad. La misma que sentí cuando supe que Guillermo del Toro avalaba a Bayona.

--De nuevo, un debutante.

--No tengo la sensación de ayudar a un director novel. Para nada pienso: "Uy, madre mía, lo que voy a tener que trabajar para levantar esto". Me ha pasado lo mismo que con El orfanato , me fascina el proyecto. Desde el inicio, intuyes que son buenos.