Existe una docena de obras desconocidas del pintor extremeño Francisco de Zurbarán catalogadas por Odile Delenda, especialista en la vida y obra del artista. Una de estas obras es Beato Tomás de Zumárraga , que desde hoy se muestra por primera vez al público en el Museo de Bellas Artes de Badajoz.

Este cuadro es una de las últimas producciones descubiertas de Zurbarán y nunca se había expuesto porque pertenecía a una colección privada sevillana que acaba de vender la obra a otro particular madrileño.

La pintura representa, con gran realismo, la ejecución a fuego lento del mártir dominico Tomás de Zumárraga (nacido en Vitoria en 1577) y pudo pertenecer al banco del retablo que hubo en la capilla del Colegio de Santo Tomás de Aquino de Sevilla, donde Zurbarán pintó seis cuadros de medio cuerpo, según el especialista en pintura barroca sevillana Enrique Valdivieso.

Como a Zurbarán nunca le gustó insistir en la representación de cualquier muerte violenta con detalles sangrientos, muestra la aceptación de los sufrimientos que padece fray Tomás de Zumárraga.

Lo pinta cubierto por el hábito blanco y negro de dominico y aparece con las manos en la espalda atadas a un grueso palo. Una hoguera se reproduce de forma diminuta en la parte inferior derecha del lienzo, mientras que en la parte superior se entreabren unas nubes grisáceas que dejan ver la luz celeste.

OPORTUNIDAD IRREPETIBLE La obra forma parte de una serie, hoy en día perdida, de diez presbíteros dominicos torturados con crueldad en Nagasaki (Japón) entre 1617 y 1627.

Además, esta obra tiene una gran importancia desde el punto de vista iconográfico "porque es la única representación que existe del beato y la última obra de Zurbarán que ha aparecido y que ha sido vendida en el mercado del arte español", según la diputada del Area de Cultura, Inmaculada Bonilla, quien invitó al público a no perderse esta oportunidad "difícilmente repetible" de contemplar el lienzo, que estará expuesto hasta el 16 de enero.