Como si hubieran lanzado dados. Daba la impresión de que el jurado de la Berlinale presidido por Paul Schrader hubiera repartido las estatuillas por puro azar. El único que no sorprendió fue el Oso de Oro a la mejor película. Ganó La boda de Tuya , estremecedor y triste relato que Wang Quan´an dedica al amor incondicional, a la entrega absoluta con la que una mujer lucha contra la adversidad en la estepa de Mongolia. Tras el inesperado León de Oro que Venecia entregó a Zhang-Ke por Sanxia haorem , otra vez un filme chino que aborda la pérdida de identidad cultural de las minorías rurales recibe la veneración de un gran festival europeo.

Wang Quan´an desveló que los deseos se cumplen. "Lo había soñado. Se ha hecho realidad", expresó el cineasta de esta bella historia sobre una mujer "fuerte y leal". El Especial del Jurado recayó en El otro , que indaga en el miedo al paso del tiempo. Su director, el argentino Ariel Rotter, no se lo podía creer. "Este reconocimiento da sentido al cine de verdad, a esas películas alejadas de las coordenadas económicas", argumentó, con voz temblorosa y sin el discurso preparado.

Su corazón volvió a dispararse cuando supo que la mejor intepretación masculina era para Julio Chávez, que ya destacó en 2006 con El custodio . El actor hizo llegar una carta excusando su ausencia por sus compromisos teatrales. La verdad es que el cine argentino acostumbra a contar con el apoyo de la Berlinale, que también concedió el Oso de Plata en el 2004 a El abrazo partido , de Daniel Burman.

"En el jurado ha reinado la armonía", manifestó Schrader. No es de extrañar. Hubo premios para casi todos. Los alemanes se quedaron contentos con el galardón de Nina Hoss a la mejor interpretación por Yella . Aplaudieron a rabiar a la actriz, que por la cara que puso, le había pillado por sorpresa. Yella es un desangelado filme de Christian Petzold sobre la imposibilidad de amar. El israelí Joseph Cedar se alzó como mejor director con Beaufort , el retrato de la derrota.

Los perdedores fueron norteamericanos y franceses. El buen pastor , de De Niro, se contentó con el premio a la contribución artística. Como era de esperar tras los abucheos, El buen alemán , de Steven Soderbergh, y La ciudad de la luz , de vacío.